CENTENARIAZO
Actualizado:La suerte o una mano teledirigida han querido que el Cádiz dispute el partido de su falso centenario frente al Real Murcia. Casi nada al aparato; dos de los gallitos de Segunda B frente a frente, mostrando sus vergüenzas en la tercera jornada del calendario liguero. ¿Habrá algún miembro de la Casa Real en el palco de autoridades de Carranza?
¿Se guardará un minuto de silencio en el resto de terrenos de juego en recuerdo de lo que fue el Cádiz y en el mamarracho de entidad en la que lo han transformado sus actuales gestores? ¿Invitará Javier Moyano a unas cañas (él que puede) al resto de consejeros para hacer más liviano el trago que supone celebrar semejante efemérides en la tercera categoría del fútbol español? ¿Actuarán los murcianos de meras comparsas o le amargarán la jornada a los gaditanos? A poco que los gestores del Cádiz tuvieran dos dedos de frente, lo mejor hubiera sido cortar por lo sano y renegar de un centenario que, a sus fundadas sospechas de patraña, añade el castigo suplementario de tenerse que celebrar en un pozo al que muchos prometieron no volver, pero al que se ha regresado mucho antes de lo previsto y sin que mediara esta vez ningún Kiko Femenía por medio. Pero el mundo no se detiene ni porque el club cadista ofrezca cada día un aspecto más miserable. Su deuda es espantosa y esta temporada no va a hacer, sino aumentar. Así y todo, todavía pretenden que la masa social se apiade de ellos y acuda como borregos a por sus abonos. Las obras de un estadio Carranza que se muestra desnudo a los viandantes siguen su ritmo previsto porque para esta ciudad resulta infinitamente más importante tener un estadio de Primera en Segunda B que un segundo puente que nadie sabe a ciencia cierta cuándo estará terminado. Pero esto es Cádiz y si los centenarios aquí no suman cien años, ¿por qué habrían de hacerse el resto de las cosas bien?