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ESPAÑA

El niño alemán hallado en la Sierra de Córdoba murió por un golpe de calor

CECILIA CUERDO
SEVILLA.Actualizado:

El pequeño Tim Alexander, de cinco años y cuyo cuerpo fue hallado el viernes en un paraje de la Sierra de Córdoba, falleció por un golpe de calor, según confirmó ayer la autopsia. La investigación de la Guardia Civil se centra ahora en determinar los motivos que llevaron a la madre del menor a separarse de él el martes, cuando fue encontrada desorientada y con diversos arañazos y magulladuras en una gasolinera a varios kilómetros del lugar.

Fuentes de la Guardia Civil explicaron que la autopsia practicada al cuerpo del pequeño en el Instituto Anatómico Forense de Córdoba atribuye la muerte a un fallo multiorgánico derivado de un golpe de calor y una fuerte deshidratación, producto de las altas temperaturas, de hasta 40 grados, registradas esta semana en la comarca. Asimismo, confirma que el cadáver no presentaba signos de violencia, salvo algunos arañazos fruto de una excursión por el monte. Aunque no ha trascendido en qué momento pudo fallecer el menor, el alcalde de Espiel, José Antonio Fernández, sí especificó que por el estado en que se encontraba el cuerpo, el niño podía llevar muerto dos días.

Tras conocer estos resultados, la investigación -que está bajo secreto de sumario- trata de esclarecer ahora los motivos que llevaron a la madre del niño, de 40 años, a abandonarlo solo en mitad del monte y salir, supuestamente, en busca de ayuda. La mujer, residente en el estado alemán de Renania-Westfalia, y su hijo habían salido hace una semana para pasar unas vacaciones en el pantano de Puente Nuevo, en la sierra de Córdoba.

Su coche sufrió una avería el lunes, según algunos testigos a los que la mujer solicitó ayuda, y el martes fue encontrada en una gasolinera de las inmediaciones de Espiel totalmente desorientada, con golpes y magulladuras de haber estado largo tiempo andando por el monte y deshidratada. Según la Policía Local, en ningún momento supo explicar dónde estaba su hijo y por qué se había separado de él. El cadáver del menor fue localizado a varios kilómetros de este punto el pasado viernes por dos de los 70 agentes que desde el martes peinaban la zona en su búsqueda. El pequeño se había refugiado en un matorral para tener un poco de sombra e intentar protegerse del sol. Junto a él había dos mochilas, una de ellas de un adulto, y una botella de agua de litro y medio vacía. La zona, muy abrupta y escarpada y poco frecuentada en estas fechas por la aridez del terreno y la falta de senderos, complicó sobremanera la localización y el rescate del cuerpo.