Alonso, a menos de un palmo
La 'scuderia' demuestra que no renuncia al título y hace sombra a los Red Bull con la segunda y tercera posición en la parrilla de salida Ferrari estima que Vettel arrebató la 'pole' al asturiano por doce centímetros
HOCKENHEIM. Actualizado: GuardarEn dos milésimas no pasa nada, ni siquiera da tiempo a abrir y cerrar los ojos. Nada, es tan insignificante ese periodo de tiempo que ya es pasado, adiós. En dos milésimas, un avión ya lanzado, y a la velocidad supersónica con la que vuela por las autopistas aéreas, avanza casi un metro. En dos milésimas, un tren apenas recorre seis centímetros y a un mosquito no le da para batir sus alas.
En dos milésimas, sin embargo, se decide una 'pole' en la Fórmula 1, dos milésimas valen para que el germano Sebastian Vettel salga hoy por delante de Fernando Alonso en el resurgir del piloto asturiano, que sonríe abiertamente pese al coscorrón final, confiado al ver que su Ferrari, y sobre todo él, no se rinden en esta lucha desesperada por subirse al caballo ganador del Mundial. Ya lo había avisado a lo largo de toda la semana el dos veces campeón del mundo. Pese a los malos resultados de las dos últimas carreras ni él ni Ferrari se rendían. El título mundial aún es posible, y ayer lo demostró. El mejor piloto de la parrilla y la escuderia más laureada de todos los tiempos demostraron que aún queda mucho campeonato por delante. La segunda plaza de Fernando Alonso y la tercera de Felipe Massa lo demuestran.
Triple 'pole' en 1997
Marcado Hockenheim en el calendario, punto de partida hacia el más allá en una lucha desesperada por reducir la desventaja con los cuatro pilotos que tiene por delante, Alonso promete dar guerra de aquí en adelante y su F-10, por fin, está al nivel de los Red Bull y los McLaren, siendo los coches energéticos insolentes e inaccesibles los sábados, aunque cada vez por menos.
Ayer, en una calificación de foto finish, Alonso llegó 12,38 centímetros más tarde sobre pista que el bólido de Vettel según los cálculos de Ferrari, lo que viene a ser aproximadamente la mitad de un palmo de una persona adulta, lo que mide un bolígrafo convencional. Nada, esas dos milésimas que ya se han ido, pero que chocan con una coincidencia más rebuscada todavía en los caprichos que regala el deporte: en 1997, en Jerez, el entonces joven y ya sobradamente competitivo Michael Schumacher -ayer ni siquiera accedió a la Q3, lo que confirma de forma definitiva el declive de un héroe siete veces campeón del mundo-, Villeneuve y Frentzen marcaron exactamente el mismo crono.
Alonso no pierde ni dos milésimas en lamentarse por salir segundo, seguro como está de que en Alemania puede saborear otra vez el champán desde lo más alto del podio. «Tenemos razones para estar contentos. Estamos en la primera línea por primera vez esta temporada. Hemos hecho un sábado perfecto, a pesar de perder la pole en la última vuelta. Los puntos se juegan el domingo y seguiremos centrados», amenaza desafiante. Diez carreras después del debut glorioso en el circuito de Bahreín, tiene hambre de victoria y de volver a rodar en los puestos de cabeza, donde siempre le ha gustado estar.
Únicamente superado por un especialista en la materia como Vettel -lleva seis 'poles' este curso y a Red Bull unicamente se le ha escapado una esta temporada-, Alonso tiene por detrás a su compañero Felipe Massa, a Mark Webber y a los dos McLaren, alegría mayúscula ya que Hamilton, presumido con su maillot amarillo, fue sexto. Demasiado lejos si quiere vivir una segunda parte del campeonato tranquilo como líder del Mundial.
Europa marca un antes y un después y representa el despegue, momento crucial para hacer una criba definitiva en el campeonato aunque el sistema de puntuación permite reenganches. Ferrari ya está aquí, de vuelta, y ya no se altera ante las posibles dificultades: «No me preocupa para nada esta carrera, solo temo a la lluvia», sentencia el español. Las previsiones dicen que no habrá agua.