El reto de competir contra uno mismo
Tras un invierno de preparación en la Sierra de Cádiz, los atletas jerezanos llevan a la práctica sus triples desafíos deportivos Los integrantes del Club Triatlón Xerez se preparan para afrontar las competiciones veraniegas
JEREZ.Actualizado:Hasta los 35 años no se inició en el triatlón, pero nadie dijo miedo. Después de disputar un partido de fútbol-playa, Manuel Rodríguez se descubrió de repente con una vida sedentaria. No quiso resignarse a este estado físico, así que decidió tantear soluciones inminentes. Su hermano acababa de hacer un triatlón en San Fernando; el desafío de la prueba atrajo su interés al instante. «Le pregunté que cómo iba aquello», cuenta, «y me dijo que era lo más duro del mundo. Le pedí que me buscara un triatlón para mí, y me habló de uno que tendría lugar en la sierra de Sevilla». Sería su primer paso hacia este exigente deporte.
Un triatlón propone tres pruebas correlativas: natación, ciclismo y un trayecto a pie. Las distancias a recorrer dependen de la modalidad escogida, en virtud de la intensidad que se quiera afrontar. Por ejemplo, un campeonato 'sprint' combina 750 metros a nado, 20 kilómetros de bicicleta y cinco kilómetros corriendo, y son especialmente explosivos en intensidad. Uno 'diesel', en cambio, propone distancias más largas y obliga a dosificar esfuerzos.
Con la llegada del verano, los integrantes del Club Triatlón Xerez dejan atrás los días de entrenamiento invernales y pasan al plano de la competición. Con los pueblos de la provincia como marco de excepción, estos atletas culminan el año de trabajo con pruebas locales en Chiclana, Rota, o las zonas de montaña. Sin embargo, las aspiraciones de la mayoría miran hacia el Titán-Sierra de Cádiz, una cita concretada para finales de septiembre que combina la superación, las cuestas y la belleza del escenario.
Comienzos
«Los que estamos en el Club Triatlón Xerez empezamos cada uno con nuestras historias», recuerda Rodríguez. No obstante, se atrevió a competir. Su grado de implicación aumentó hasta debutar en eventos como el triatlón de Lisboa, e incluso asumió un papel organizativo como secretario en la asociación jerezana. Con una forma física renovada y tras haber dejado atrás su viejo hábito de fumar, el triatleta mira alrededor con unos ojos diferentes. «La gente en Jerez le tiene miedo a la competición», analiza. «Miedo a verse alrededor de 300 personas y tener que superar el miedo al ridículo. Yo animaría a la gente a que fuese competitivo en la vida. Sobre todo con uno mismo».
Juan Fernández, triatleta jerezano, avala este reto de autosuperación. En su primer triatlón se encontró nadando entre aguas muy frías, a 400 metros de la orilla y a una profundidad desconocida hasta el momento. «Me llovían los golpes por todos lados, el agua estaba helada, me dolía el pecho, tenía ansiedad. Si tu nivel no es muy bueno, el resto de competidores te pasa por encima. Sientes miedo, pero cuando se consigue acabar, la sensación es una maravilla».
Con el tiempo, la dureza fue aminorando hasta cambiar su punto de vista. Como reconoce el atleta, «no es un deporte duro, lo que se requiere es cierta adaptación y entrenamiento. Alguien que entrene una hora diaria puede terminar perfectamente la competición».
El atractivo del triatlón supera a la mera suma de sus pruebas. Cada instante conforma un matiz diferenciador, desde el periodo de transición entre los retos hasta el momento de cruzar la meta. Su práctica aúna el disfrute, el sacrificio, las ganas de continuar y, ante todo, la capacidad de trasladar los logros deportivos a las rutinas de la vida diaria. Para Manuel Rodríguez, «lo que más fortalece es la fuerza de voluntad. El decir que has querido algo y has sido capaz de conseguirlo». Y es que en este deporte no se compite contra el resto. Como asegura Rodríguez, «vas contra ti mismo».
Sus labores organizativas se combinan con la práctica de este deporte en primera persona. Coordina un grupo muy dispar, con triatletas que compiten en pruebas de formato extremo hasta personas que están empezando. «algunos deportistas acuden incluso a pruebas internacionales», asegura.
Su vocación ya estaba ligada al deporte; no obstante, el triatlón se inmiscuyó tanto en su formación profesional como en su tiempo libre. «Estudié magisterio de educación física, y elegí la especialidad en triatlón», asegura. Para él, lo atractivo de estas pruebas versa precisamente de la combinación entre ellas.