Zapatero: «Estamos mucho mejor de lo que parece, y lo vais a vivir»
El presidente promete al PSOE que sólo ha hecho «un pequeño paréntesis» antes de seguir desarrollando políticas sociales
MADRID.Actualizado:«Cuando ganas unas elecciones sabes muy bien que lo que importa es lo que perdura y lo que tiene una visión de futuro, porque es lo que cambia a un país». José Luis Rodríguez Zapatero hizo ayer una solicitud a lo más granado de su partido: que pongan las luces largas, que no se vengan abajo por que la crisis económica haya forzado al Gobierno a hacer un alto en el camino de sus políticas sociales y que asuman que tener valores socialistas implica capacidad de «sacrificio». Toda una arenga para conmemorar el 10º aniversario de su elección como secretario general del PSOE.
La efemérides tuvo una celebración escueta, pero para Zapatero, emotiva. La sede de la calle Ferraz acogió a todos los dirigentes que han formado parte de las ejecutivas federales a lo largo de los últimos años, a los componentes de sus gobiernos y a los dirigentes territoriales. Tampoco a todos, porque hubo algunas ausencias significativas: la del ex ministro de Economía, Pedro Solbes; la del ex presidente del Congreso, Manuel Marín, o la de Joaquín Almunia. Pero aún así, el acto estuvo muy concurrido. No faltaron ni José Bono ni Matilde Fernández, dos de sus antiguos rivales.
Fue un modo de arropar al jefe del Ejecutivo en un momento difícil, pero la historia se dio la vuelta. Porque al final fue Zapatero el que en su discurso (el único que hubo) se dedicó a dar ánimo a los presentes. Casi como en el 35 Congreso, cuando fue elegido para administrar los restos del naufragio del PSOE de Felipe González. Sólo que esta vez es él quien gobierna la nave que ha situado al partido en una situación compleja. «Tengo un convencimiento muy íntimo -dijo-. Recordaréis lo que os dije en el 35 Congreso: 'No estamos tan mal'. Ahora os digo: estamos mucho mejor de lo que parece, y lo vais a vivir».
Lo que no desveló el jefe del Ejecutivo es si lo vivirán con o sin él. La duda sobre su continuidad y su candidatura a la presidencia en 2012 sigue en el aire. Pero Zapatero no hizo ninguna mención al respeto. «Administrar bien los tiempos es un valor en política», justifico después en una charla informal con periodistas.
Hacerlo, en todo caso, habría restado fuerza a una intervención que hizo aflorar al ZP de los mítines, al político optimista que dijo en 2000 que, en cuatro años llegaría a la Moncloa, cuando apenas nadie en su partido creía posible semejante salto.
Temores
El jefe del Ejecutivo trató de conjurar todos los temores del PSOE actual: el miedo a que la crisis económica se los lleve por delante, el miedo a que la izquierda les dé la espalda por apostar por un drástico ajuste del déficit, y el miedo a que el nuevo debate del 'Estatut' provoque una fuga de aquellos de votantes que poseen un alma más jacobina.
Zapatero prometió escuchar «las críticas y las huelgas» y garantizó que su viraje económico no responde a un cambio de criterio y que es «apenas un pequeño paréntesis para seguir desarrollando políticas sociales». Y defendió que ahora lo que toca es tomar medidas más impopulares, pero que tendrán beneficios a largo plazo. ¿De cuánto tiempo estaba hablando? No lo dijo, pero el jefe del Ejecutivo trabaja con la idea de que en un año será posible ver los resultados de las reformas estructurales que deben estar en marcha este otoño.
También quitó hierro a la preocupación por el hecho de que haya vuelto a abrirse el debate sobre el modelo de Estado. «Somos facilitadores de la convivencia y seguiremos siendo actores de comunicación en esta España diversa pero igual en derechos y libertades. Con esa tarea -tranquilizó- ganamos el respaldo de los ciudadanos en 2004».