Doble ataque de Chávez

«La línea editorial de Globovisión ni se expropia ni se interviene», rezaba gallarda y legalmente el comunicado que la cadena venezolana de televisión difundió para aclarar su situación accionarial ante la ofensiva del presidente Chávez para hacerse con el control de la misma. El infatigable líder está utilizando todos los medios a su alcance para acabar con una empresa crítica con su gestión y su presidente, Guillermo Zuloaga, es objeto de un acoso judicial y administrativo artificial y sin precedentes. Y ahora toca un ataque frontal contra la Iglesia, acusada asimismo de no apoyar la política oficial y de disponer de medios regalados, como el Canal 5. El presidente está siendo respaldado por una ultraminoritaria y pintoresca 'Iglesia Católica Reformada' y se dice dispuesto a revisar a fondo el Concordato firmado con Roma. La conducta de Chávez se radicaliza rápidamente en todos los órdenes, pese a tener que afrontar en dos meses elecciones legislativas. La mayoría social venezolana es católica y la obra social de la Iglesia tiene muy buena reputación. Denunciar el Concordato sería un exceso visceral percibido como un intento de desviar la atención de la mala situación. De corregirla debería ocuparse más Chávez y no de dividir peligrosamente a la sociedad con sus pulsiones antidemocráticas.