DIÁSPORA

Este verano estamos asistiendo a una gran diáspora cadista, que dicho sea de paso no debe sorprender a nadie. Además, dicha diáspora, la tenemos de dos tipos. A saber: por una parte en la grada y por otra, en el césped. O lo que es lo mismo, tenemos diáspora de aficionados y de jugadores. La primera de ellas, la de los aficionados, no se sabrá hasta el final de la campaña de abonados de qué número menos hablamos. Pero lo que sí sabemos, a estas alturas, es que la respuesta está siendo menor que otros veranos. Y otro dato más, no hay día en que no me paren aficionados para decirme que, o bien no renuevan el carné o, en el mejor de los casos, que van a esperar. Ese 'voy a esperá' lo dicen por las denuncias de los jugadores, la ley concursal... Que no está la cosa para tirar el dinero sin que después no recibas nada a cambio. Que es muy bonito eso de ser cadista, pero la cosa está muy 'achuchá'. Por cierto, ni que decir tiene que de abonados nuevos ni hablamos, al menos de una cantidad importante.

La otra diáspora mencionada, la de los jugadores, era también de esperar. Primero porque la situación económica del Cádiz no puede pagar sueldos abusivos, que lo son hasta para Segunda A, que tenían los jugadores y segundo, porque el descenso hace que todos los que se sentían cadistas y besaban el escudo de Hércules, lo sean un poco menos y sus besos tengan otros escudos como destinatarios. Nada nuevo bajo el sol, lo de siempre, lo habitual. A ver si esta fuga de jugadores en plan 'cochino el último' sirve para que más de un aficionado se quite la venda de los ojos y deje de idolatrar a los futbolistas ya que la decepción es mayor para todos aquellos que defienden a capa y espada a los peloteros. Aunque algunas de las salidas eran necesarias y celebradas por mí por diferentes motivos: Erice, por su falta de calidad, Fleurquin por un sinfín de razones (si lo hubieran conocido bien no sería tan admirado) y a ver si le sigue Enrique y cambia de aires también. Que ya está bueno lo bueno. Ojalá. Y otras salidas de jugadores más válidos pero es que la pela es la pela, y ya saben el dicho 'mucho te quiero perrito, pero pan poquito'. Y punto.