Pulso con rehenes
Actualizado: GuardarLos controladores han triplicado las bajas por enfermedad desde que entró en vigor el nuevo decreto-ley que regula su actividad y limita su autonomía. En los últimos días, el absentismo ha arreciado hasta extremos que hacen impensable que no se trate de una huelga de celo. La capacidad de estos trabajadores de tomar el rehén a todos los usuarios del tráfico aéreo es exorbitante, y de ahí que sus actos de fuerza generen claramente alarma social. Ante esta actitud, claramente ilegal según la normativa vigente que regula la huelga, Fomento ha enviado el caso al fiscal, que ya está investigando las bajas laborales, y ha amenazado con recurrir al Ejército, a los controladores militares que ya gestionan algunas bases aéreas que admiten tráfico civil. Blanco ha garantizado un «rápido» proceso de formación de estos profesionales castrenses, en tanto los controladores civiles han puesto en duda que sean capaces de garantizar la seguridad aérea. El Gobierno tiene sin duda todo el apoyo político y ciudadano en este pulso que está manteniendo con unos privilegiados que, al parecer, no se han percatado de que sus ventajas fueron demasiado ostentosas y de que, si siguen presionando, pueden poner en riesgo mucho más de lo que tratan de defender.