El PNV enseña los dientes al Gobierno
El Congreso insta al Gobierno a que mantenga otros seis meses la ayuda de 426 euros a los parados sin prestaciones Advierte a Zapatero de que no pactará los Presupuestos a cambio de «mercancía averiada»
MADRID.Actualizado:La confianza del PNV en el PSOE quedó ayer seriamente dañada tras rechazar los socialistas 13 de sus 15 propuestas de resolución consecuencia del Debate del estado de la Nación celebrado la semana pasada. El PNV, enfadado, enseñó los dientes en su intervención en el hemiciclo y le dejo claro al Ejecutivo que así no van a ningún lado. Un desencanto que gana especial relevancia porque José Luis Rodríguez Zapatero depende de los nacionalistas vascos para aprobar los Presupuestos, condición casi indispensable para que el actual Ejecutivo socialista pueda acabar la legislatura.
La votación de las propuestas de resolución del resto de grupos -el Congreso aprobó finalmente 42- transcurrió por la senda de lo previsto. Izquierda Unida, con el apoyo casi unánime de la cámara, logró sacar adelante su iniciativa para que el Congreso inste al Gobierno a prorrogar otros seis meses la ayuda de 426 euros mensuales a los parados que han agotado todas sus prestaciones. Por el contrario, no se aprobó ningún texto en relación al 'Estatut', ya que socialistas y catalanes fueron incapaces de ponerse de acuerdo y la iniciativa del PSOE contó con el rechazo de PP, CIU y ERC.
El foco de atención estuvo, sin duda, en el examen que el PNV realizó al PSOE de cara a un posible pacto que garantizaría a Rodríguez Zapatero llegar hasta las elecciones de 2012 sin grandes sobresaltos. Los nacionalistas suspendieron a los socialistas y los emplazaron a septiembre con una recomendación que suena a ultimátum: «Tendrán que mostrar mucha más voluntad para pactar con el grupo vasco». Así lo expresó durante el debate el portavoz adjunto de la formación, Aitor Esteban.
Las 15 premisas con las que el PNV llegó al debate tenían un fuerte sesgo soberanista -proponían un nuevo régimen jurídico político en las relaciones entre Vitoria y Madrid- y, además exigían la transferencia de seis nuevas competencias al Gobierno vasco, incluida la Seguridad Social y las políticas activas y pasivas de empleo. Esteban opinó que el PSOE erró en su análisis porque estas reclamaciones «no eran juegos florales» sino un test para calibrar hasta dónde estaba dispuesto a llegar el Ejecutivo en pos del acuerdo.
Al PNV, tanto como el rechazo en sí de la mayoría de las iniciativas, le irritó el tono de las enmiendas del PSOE a los traspasos competenciales porque, según Esteban, los socialistas quisieron lograr su apoyo a cambio de «mercancía averiada». Se refería a que, frente a su reclamación de un traspaso en tres meses, la formación que preside Rodríguez Zapatero solo le ofrece instar al Gobierno a que, antes de final de año, se reuniera la Comisión Mixta de Transferencias para estudiar y analizar las peticiones de mayor autogobierno. «Es decir, esperar a diciembre y enero para, una vez pasado el apurito presupuestario, irse con la geometría variable a otro lado», apostilló Esteban.
Aroma del PP
El portavoz del PNV se mostró convencido de que el 'lehendakari' Patxi López había participado en la redacción de las enmiendas del PSOE porque «destilaban» aroma al PP. Esteban abandonó la tribuna del hemiciclo dejando claro que habían tomado nota de la actitud del PSOE y que la tendrán en cuenta en una futura negociación. José Antonio Alonso, tras las votaciones, intentó restar importancia a las críticas del PNV y las circunscribió al juego político. Se mostró confiado en seguir avanzando hacia el anhelado acuerdo presupuestario.
El Debate del estado de la Nación deja otras conclusiones. El Gobierno, y el partido que lo sustenta, han sufrido el desgaste de un año durísimo en materia económica. En 2009 no perdieron ninguna de sus propuestas de resolución y el resto de los grupos solo les hizo morder el polvo en cuatro ocasiones. En las votaciones de ayer, el PSOE ha cosechado diez derrotas, aunque es cierto que seis de esas votaciones versaron sobre un mismo asunto: la congelación de las pensiones. El rechazo a esta medida ha suscitado críticas unánimes. El PP, por el contrario, cosechó su mejor resultado. Sacó adelante seis de sus resoluciones, aunque pinchó en hueso en su petición de que se prohibiera el uso del 'burka' en los espacios públicos.