¡Feliz cumpleaños, Madiba!

Ellos no habían nacido aún cuando Nelson Mandela se erigió como un luchador incansable contra el 'apartheid', no fueron testigos de los 27 años que el líder político pasó en prisión, ni le vieron salir de la cárcel para conducir a Sudáfrica hacia la democracia. Sin embargo, 95 niños originarios de Mvezo -el pueblo natal del ex presidente- y de la vecina comunidad de Qunu viajaron este fin de semana a Johannesburgo para celebrar su aniversario número 92, entregarle tarjetas de felicitación y cantarle en coro una canción: «Por eso hemos venido aquí, para decirte cuánto te amamos y para desearte un feliz cumpleaños», rezaba una de las estrofas. Los pequeños, de entre seis y doce años, habitantes de dos de las poblaciones más pobres del sureste de África, no ocultaron su emoción ni su admiración al conocer al Premio Nobel de la Paz que, debido a su delicado estado de salud, tuvo que recibirles recostado en un sillón. Eso sí, estrechó una a una sus manos y no paró de sonreír, ni de agradecer los presentes. «¡Me gusta estar con los pequeños!», exclamó.

El cumpleaños de Madiba -título honorífico que le otorgaron los ancianos de su clan y apodo cariñoso con el que se refieren a él los sudafricanos- no es sólo una celebración nacional. En noviembre de 2009, la Asamblea General de la ONU instituyó el 18 de julio como el Día de Nelson Mandela «por su contribución a la cultura, la paz y la libertad», convirtiéndolo en la primera persona en recibir este tipo de reconocimiento de manera individual. Así, miles de personas de todo el mundo se han unido a los festejos a través de la campaña 'Ofrece 67 minutos de trabajo voluntario', un minuto por cada año que el primer presidente negro de Sudáfrica ha dedicado en su vida a luchar por la igualdad y la reconciliación.

Mientras cientos de personas con carteles, banderas y postales de felicitación hechas a mano se reunían a las afueras de su casa de Houghton, en Johannesburgo, Mandela celebró en privado y rodeado de varios amigos y familiares. Sus nietos y biznietos le cantaron el 'Cumpleaños feliz' y le ayudaron a soplar las velas de su tarta. Después, muchos de ellos y otros miembros de la familia, incluida su esposa, Graça Machel, dedicaron el resto de la mañana a los 67 minutos de trabajo social en honor a su aniversario.

El ex gobernante y Machel también celebraron ayer el doceavo aniversario de su boda. «Su espíritu está mejor que nunca. Es un privilegio tener una vida con él», afirmó su esposa mientras cumplía con sus respectivos minutos de voluntariado en un centro para niños con problemas en el barrio de Orlando, en Soweto.