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La crisis, nuevo frente de batalla
Los propietarios se quejan de las restricciones impuestas por los ayuntamientos y de las limitaciones de horario Los chiringuitos se muestran desencantados ante los bolsillos vacíos de los veraneantes
CÁDIZ. Actualizado: GuardarLos chiringuitos tienen nuevo caballo de batalla: la crisis. Hace dos años, en tiempos de bonanza económica la lucha fue contra la amenaza de la Demarcación de Costas que pretendía sacarlos de la arena. El pasado verano la disputa pasó a ser contra los propios ayuntamientos que restringían los horarios, con el objetivo de evitar posibles botellones nocturnos. Este año, los propietarios de los negocios más populares del verano se enfrentan al fantasma de la crisis. Después de tanta resistencia, ha llegado el desencanto al gremio, aunque aún queda un rayo de esperanza. «Hemos cambiado de contrincante este verano», cuenta el secretario de la Asociación gaditana de empresarios de playa (Agepla) Antonio Galván, aunque han reforzado sus filas «y este año contamos con algunos kioscos y bares de más, estamos entre los 125 y los 128 establecimientos».
No ha sido un buen inicio de verano para el sector pero aún así se espera que, a partir de la segunda quincena de julio, comience una remontada que se mantenga hasta el final de verano y se pueda así salvar la temporada estival. Algunos intentarán estar abiertos hasta primeros de noviembre para optimizar la inversión realizada.
Limitaciones de horario
No sólo es la crisis el centro de las preocupaciones de los hosteleros. El horario, cada vez más limitado, afecta de manera directa a sus establecimientos. Según Galván, esto es lo que ha motivado que sólo un propietario se haya presentado al concurso público sacado por el Ayuntamiento de Vejer después de dos años de prohibiciones y ausencias playeras. «El Ayuntamiento ha vuelto a permitir los chiringuitos, pero lo hacen con restricciones muy duras». Galván se muestra confuso ante la situación. «Hace dos años, la masiva concentración de personas en El Aborígena fue el motivo de la polémica en torno a los establecimientos de playas y el Consistorio aplicó una tabla rasa y acabó con todos, pero precisamente es el dueño de este chiringuito el único que se ha presentado al concurso público aunque luego se haya visto obligado a retirarse». El secretario de Agepla lamenta que se acabaran con todos «porque además de ser un negocio se estaba prestando un servicio a los usuarios de las playas y desde que se eliminaron está abandonada».
El principal motivo parece ser, que además de la fuerte inversión económica que requiera, el Ayuntamiento vejeriego ha impuesto un horario muy estricto «ya que obliga a cerrar a las diez de la noche». Corporaciones como la de Barbate o la de Tarifa intentaron restringirlos en las anteriores temporadas, aunque sólo consiguieron llegar a un acuerdo entre ambas partes. Paola Moreno, concejal de Playas de Tarifa explica que el plan municipal de playas «sólo permite a los chiringuitos como a cualquier otro restaurante abrir hasta las doce de la noche». Moreno, quien reconoce la labor que cumplen al ofrecer servicios donde «no podemos poner módulos al tener el Parque Natural», lamenta las duras críticas que recibieron desde que en 2005 tomaran esta decisión que ha conseguido acabar con los botellones y las concentraciones nocturnas. En los 50 kilómetros de playa que disfruta el municipio tarifeño hay instalados 15 chiringuitos y a pesar de eso se han eliminado las concentraciones nocturnas de los jóvenes. «Ahora sólo hay discotecas en la zona del polígono y en el centro los bares sólo abren hasta las tres de la madrugada».
Sin embargo, a pesar de las dificultades que, año tras año, se encuentran los dueños de los chiringuitos, las puestas de sol, los mojitos y las caballas asadas siguen siendo un reclamo indiscutible para que extranjeros y gaditanos hagan un alto en el oasis playero para combatir el calor del verano.