HOWARD WEBB
Actualizado:Howard Webb fue el árbitro que dirigió la final de la Copa del Mundo y que ha confesado que pasó las dos peores horas de su carrera haciéndolo. Es lógico, ya que suponemos que mientras hacía su trabajo veía cosas que por motivos que aún desconocemos. no sancionaba. Si no, no se entiende el hecho de que el gesto de Iniesta al quitarse la camiseta celebrando el gol de su vida tuviera el mismo castigo, una tarjeta amarilla, que la patada de De Jong a Xabi Alonso en el pecho, al más puro estilo Karate Kid.
Afortunadamente ganamos el partido y esto ha pasado a un segundo plano, aunque se sigue hablando de ello, y es que las continuas patadas y las protestas, todo para interrumpir el juego de España, estuvieron a punto de provocarnos un enorme disgusto. Howard Webb parecía que no iba a volver a arbitrar tras la primera horrenda parte de campeonato que hizo, y que la FIFA le premiara con la final son palabras mayores y deja bien a las claras que su intención, lejos de informatizar e innovar en pro de evitar este tipo de fallos, está muy lejos de producirse.
El inglés ha dicho que va a tomarse unas vacaciones para aliviar el «estrés mediático» que sufre estos días. Entendemos que es un trabajo con una gran responsabilidad y que es una industria que mueve más millones de los que somos capaces de imaginar, y precisamente por eso la FIFA debe velar por sus trabajadores y por todos sus clientes que al fin y al cabo somos nosotros como consumidores de fútbol, y garantizarnos un espectáculo limpio y por encima de todo, justo. No valen excusas, porque muchos países han tomado nota de que la única forma de parar a nuestra selección es a base de patadas y faltas cada minuto. Más que nunca necesitamos un arbitraje al nivel de los futbolistas que tenemos, y si no pueden por sus propios medios, que se recurra a las nuevas tecnologías, que para eso están, para falicitarnos la vida.