AQUELLOS MENÚS PLAYEROS
Actualizado:Estamos en fechas de las que hace más de 40 años la playa era un verdadero comedor donde acudían cientos de gaditanos -y de otros puntos de la provincia y de la región- a degustar aquellos menús que se confeccionan en las casas para poder comer al fresquito.
Las tortillas de patatas, a las que todavía no se le ha eregido un monumento en alguna playa. La fiambrera de pimientos fritos o la de las papas aliñás. Quién no ha comido en la playa una buena cacerola de pimientos asados. Como por esa fecha llegaba la esperada paga del 18 de julio (aunque muchos optaban por pedir un anticipo y así poder disponer de algo de efectivo para los caprichos o gastos extraordinarios) que se invertían en la compra de unos filetes para empanarlos -buen acompañante éste para la tortilla- y ese pollo en salsa, que por aquellos tiempos no estaba al alcance de muchos españoles.
De esta forma, allá que iba toda la familia, desde bien temprano, con todo el condumio más la veraniega sandía y el oloroso melón.
Los que ya tenían la suerte de tener el 'seiscientos' solían irse a otra playa del litoral para así darle rodaje el coche y hacerse, en un sólo día, ciento y pico de kilómetros.
Hoy en día, en las playas se ven bocadillos envueltos en papel de plata, con esas baguetinas que carecen chicle por lo que se estiran. Y acompañadas de algunas lonchas de cualquier fiambre, ya sea de chacina o pavo (que a la hora de comérselo parece que se está comiendo un trozo de cartón) y todo regado con alguna bebida isotónica, que no sé lo que es.