Cacerolada para pedir el sueldo
Los delegados del sindicato mayoritario y del SIP se encararon con los representantes de las otras centrales que se reunieron con Sánchez CGT apuesta hoy por esta protesta para exigir algo más que «parches»
JEREZ. Actualizado: GuardarLos alrededor de dos centenares de empleados que se concentran cada mañana a las puertas del Consistorio jerezano convocados por la CGT y el SIP tampoco cejaron ayer en su empeño y, esta vez acompañados de algunos de sus familiares, siguieron reclamando a la primera autoridad de la ciudad que abone de una vez los atrasos pendientes a la plantilla.
Siguiendo el guión de los últimos días, los representantes del sindicato mayoritario y los empleados se reunieron a las 10 de la mañana, y ayer los delegados les recalcaron que siguen sin haber avances o mejoras en la situación, y que el problema incluso se está agravando cada vez más. Por eso, reclamaron al ejecutivo presidido por Pilar Sánchez que se deje de «parches» que sólo son «pan para hoy y hambre para mañana» y cumpla de una vez con unos trabajadores que, como recalcaron ayer algunos a este medio, ya no saben como van a llegar a fin de mes.
La incertidumbre entre la plantilla crece cada día, sobre todo porque a la mayoría no le llega con la cantidad que ha cobrado hasta el momento. En este sentido, muchos de los empleados concentrados ayer ante las puertas de la Casa Consistorial se quejaban de que «después de los primeros 1.000 euros sólo ha llegado un goteo pequeño que no saca del apuro». Y es que, según denunciaron estos trabajadores y algunos delegados sindicales, en los últimos días el Ayuntamiento ha realizado ingresos en sus cuentas que en algunos casos han estado por debajo de los 20 euros y que «son absurdos, porque seguro que el coste de la transferencia vale más que lo que se paga».
En esta situación, y con los ánimos caldeados, los delegados sindicales trataron ayer de irrumpir de nuevo en las dependencias de Alcaldía y reclamar la atención de la alcaldesa, Pilar Sánchez, que justo en esos momentos se reunía, tal como se había comprometido, con el resto de centrales (CC OO, UGT y CTP).
Precisamente esa circunstancia hizo que los ánimos se caldearan, y que hubiera un agrio cruce de declaraciones entre los miembros de CGT y SIP con algunos de sus homólogos en los otros sindicatos. La situación se agravó aún más cuando agentes de la Policía Local informaron a los miembros de CGT y de SIP, que pretendían acceder a las dependencias de Alcaldía acompañados de algunos miembros de la prensa, de que no podían entrar en esa zona.
A ese respecto, la primera edil se justificó diciendo que se van a instalar sistemas de control a la entrada del Consistorio, tal vez mediante tarjetas acreditativas, para evitar que «haya sindicatos que quieran irrumpir donde hay otros trabajadores, paralizando su tarea y afectando a su seguridad». Sánchez llegó a asegurar que la situación era insostenible, y que «algunos trabajadores van a denunciar estos hechos a título personal», pero no concretó cuándo se pondrán en marcha esos controles que se improvisaron a final de la pasada semana.
Sea como fuere, los representantes de CGT y del SIP volverán a concentrarse hoy para seguir con sus protestas a las 10 de la mañana, a la que han convocado de nuevo a la plantilla municipal. Pero esta vez han buscado otro giro mediático a la movilización y van a protestar armados con cacerolas con la intención de «hacer entender a la alcaldesa que lo que peligra es el sustento diario».