Zapatero busca endurecer la reforma laboral para abaratar más el despido
El presidente fomenta un encuentro entre los diseñadores de esa modalidad de empleo y otros expertos laborales contrarios a su implantación
Actualizado: GuardarLa implantación de un solo contrato de trabajo para todo el mundo, que termine con las colocaciones temporales y que su despido sea más barato que el aplicado en la actualidad a los empleos indefinidos se ha vuelto a abrir paso. El propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, preparó un almuerzo entre responsables de la Federación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), autores del nuevo modelo, y expertos contrarios a la aplicación del contrato único. El objetivo de la comida fue estudiar la posibilidad de que todos los españoles accedan al mercado laboral por una misma vía. La reunión estuvo coordinada por José Miguel Vidal Zapatero, miembro del gabinete del presidente.
Los representantes de FEDEA se han entrevistado con los grupos políticos para que los parlamentarios asuman la defensa del contrato único y lo incorporen como enmienda al decreto de la reforma laboral que se tramita como proyecto de ley en las cámaras. Para ello, se vieron con dirigentes de CiU, PP, PSOE y PNV. De momento, parece que la propuesta no ha tenido demasiado éxito. Carles Campuzano, portavoz de CiU en la comisión de Empleo, fue tajante. Aseguró que su grupo rechazaba el contrato único porque «pondría patas arriba el Estatuto de los Trabajadores».
FEDEA es una organización inspirada, en su día, por el Banco de España, vinculada al grupo de economistas que firmaron el «manifiesto de los 100», entre los que figuraba José Manuel Campa, antes de convertirse en secretario de Estado de Economía. Entre sus promotores figuran grandes compañías españolas.
La última propuesta de FEDEA es distinta al primer contrato único que diseñó esta organización. Aquel reflejaba un coste igual para el despido objetivo (justificado por causas económicas, tecnológicas, productivas y organizativas) y para el despido improcedente (sin ningún motivo). El nuevo modelo aboga por una indemnización procedente que comience en los ocho días en el primer año de servicio y que se vea aumentada en dos días de salario hasta el sexto año, para pasar a ser de 20 días desde el séptimo año en adelante. Para el despido sin causa, el coste arrancaría con 12 días desde el primer año y se incrementaría a razón de tres días hasta el séptimo ejercicio. A partir de los ocho años, la indemnización se limitaría a 33 días.
El catedrático de la Universidad de Oviedo y miembro de FEDEA, Florentino Felgueroso, explicó que su proyecto nunca tendría carácter retroactivo. Lamentó que los partidos estén condicionados por las patronales y los sindicatos y no apuesten por el contrato único. «Sería una manera de erradicar la temporalidad, el mayor problema del mercado laboral que tiene España, pero parece que realmente a los empresarios y a los representantes de los trabajadores el tema no les preocupa», añadió. Ante el almuerzo mantenido con compañeros de su Federación y otros expertos comentó que este tipo de encuentros pertenecen «al ámbito privado».
El grupo de especialistas contrarios al contrato único estuvo compuesto por el catedrático Jesús Cruz; el diputado socialista, Jesús Membrado; el encargado del diálogo social, Alfonso Morón; y el ex secretario general de Empleo, Valeriano Gómez. Este último argumenta que no es nada pragmático incorporar nuevas medidas a la reforma laboral si se quiere que ésta sea efectiva y eficaz. Además, asegura que los problemas del mercado de trabajo no desaparecerán con el nuevo contrato de FEDEA.
Gómez hizo hincapié en que la imposición de una sola modalidad de empleo «es mucho más compleja de lo que parece». «Existen graves dificultades en encajar el proyecto en nuestra legislación laboral», resaltó. Además, este tipo de proyectos «generan incertidumbre que a nadie benefician». «Los experimentos en temas tan delicados -continuó- deben ser los justos».
El ex secretario general de Empleo explicó que un problema que podría generar el contrato único radicaría en que las empresas optaran por rotar a los trabajadores para que no alcanzaran las indemnizaciones más altas que contempla el diseño de FEDEA. «De esta manera, la dualidad en el mercado laboral continuaría», concluyó.
En su opinión hay que apostar porque la reforma contemplada en el decreto se aplique y conlleve los mejores resultados. En resumen, recordó que los cambios suponen un impulso para el contrato de fomento del empleo, de carácter indefinido; la reducción del coste del despido para las empresas a través del Fondo de Garantía Salarial (FOGASA); la flexibilidad interna en los centros de trabajo; y la aplicación de cláusulas de descuelgue que permita a las compañías eludir el convenio colectivo por problemas económicos.
Para el diputado socialista Jesús Membrado, el intercambio de opiniones con los dirigentes de FEDEA giró también sobre otros capítulos del mercado de trabajo. «Tuvimos elementos de discrepancia y algunos que no lo fueron», dijo. El representante del PSOE en la comisión parlamentaria de Empleo quitó importancia al almuerzo. Aseguró que simplemente se trató de «una comida de un grupo selecto».
El jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, ya defendió la implantación del contrato único. Fue en la noche anterior a la aprobación, en el Consejo de ministros, del real decreto ley con la reforma laboral. Días antes había recibido en el Palacio de la Moncloa a una delegación de FEDEA.
El contrato barajado entonces reflejaba la misma indemnización para los despidos en los que la ruptura estaba justificada por razones económicas, que para cuando era improcedente. El Ministerio de Economía, que en otros momentos se había mostrado partidario de la iniciativa frenó su implantación en el decreto. El primer problema era cómo suprimir la temporalidad.
El ex secretario general de Empleo, Valeriano Gómez, reitera que la aplicación de esa modalidad de trabajo «era imposible». En su opinión, es incompatible con «nuestro modelo de mercado laboral, incluso, con nuestra Constitución».