Fallos jurídicos
Actualizado:Muchas veces uno se asombra sobre la decisiones jurídicas, de vez en cuando incompresibles. No me refiero a casos de relevancia mediática, sino a dos, más o menos cotidianos. Han absuelto al dueño de 25 caballos porque él es demasiado pobre para alimentar y cuidar a sus hermosos animales. Desgraciadamente nunca he visto un pobre que posea una manada de caballos. La pena comprensible podría ser que venda algunos para dar de comer a los restantes, pero no, le van a pagar hasta el veterinario. Muchos cuidan a sus animales aunque les cueste, pagan de sus bolsillos, aunque a duras penas lleguen a fin de mes. A un ciudano kurdo no se le ocurrió otra cosa que lanzar uno de sus zapatos hacia un político turco, señal de desprecio hacia una persona en los países musulmanes. ¿Se acuerdan del famoso zapatazo hacia el presidente Bush? El pobre no se imaginaba qué caro le iba a salir su zapato, que no alcanzó su objetivo; le cayeron tres años de cárcel y 480 euros de multa. Menos mal que el juez tenía piedad y no le expulsó por temor de que en su país de origen la pena sería mucho más severa, una de las razones por las que tiró su zapato. Tengo que confesar que tengo cierta debilidad por las personas sin voz, que tiren zapatos como reacción a una injusticia. Espero que por su bien le devuelvan su zapato y no tenga que andar cojo por la cárcel de Sevilla. Y que el dueño de los caballos se haga pronto rico.