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Los gaditanos auparon la Copa con Casillas

Cádiz se paralizó durante la tarde de ayer para ver la final

ALBERTO BENÍTEZ |
CÁDIZActualizado:

Los gaditanos estaban preparados. Hasta los más escépticos en esto del fútbol sabían que ayer, en Cádiz, como en toda España, había una cumbre importante con la Historia. La selección no podía fallar (y no falló) y la Tacita tampoco pasó por alto la cita (la última hasta posiblemente la próxima Eurocopa de 2012) con 'La Roja'.

En las terrazas, balcones, ventanas y bares ondeaba la bandera española con más esperanza que nunca, con la posibildiad de mantenerla (¿por qué no?) todo el verano si se doblegaba a los holandeses.Y así fue. España brindó con gloria a sus seguidores desde Sudáfrica, desde ayer un país que hará sonreir a todos los españoles cada vez que suene.

Cádiz gozó con la selección como nadie recordaba. Desde la Punta de San Felipe hasta Cortadura. La Plaza Mina, el Paseo Marítimo, Loreto, Puntales...unidos por los mismos colores. No el amarillo y azul, sino el rojo y gualda.

Muchos gaditanos pusieron a 'La Roja' a la misma altura que el Cádiz, algo impensable hace tres años, antes de levantar la Eurocopa de Suiza y Austria.

Después de dos horas y cuarto de gritos, lamentos, ¡uys! y alguna que otra palabrota, Andés Iniesta mandó pintar las calles de rojo. La tensión que expiraba de cada bar, plaza o salón se transformaba en jolgorio. La gente dejaba por fin de comerse las uñas y pedía otra ronda. La fiesta, que comenzó a las 20.30 de la tarde, había llegado a su momento culminante. Una y cada una de las gargantas que veía el partido en algún rincón de Cádiz cantó el gol de Iniesta, un balón a la red que hacía a un país campeón del mundo, un tanto que nunca antes fue gritado por todos los españoles.

Como había ordenado Andrés, allí donde se celebraron los ascensos cadistas, en la fuente de Puertas de Tierra, ondearon banderas rojas y amarillas. Por la Avenida, que durante el partido se mostró desierta, correteaba ahora una serpiente de aficionados desorientados por la emoción, los cánticos y el ruido de vuvuzelas.

Ahora todos los gaditanos están orgullosos de su selección nacional y así se demostró ayer en la calle. Antes de ser campeones del mundo, durante el partido y en la celebración posterior, en muchos casos alargada hasta el desayuno del lunes, todo Cádiz está orgulloso de ser español.

Ahora si podemos gritar bien alto que pudimos. Muchos ya han comentado que perdonan a Vicente del Bosque por el tropiezo que tuvo en Cádiz en la era Baldasano. Incluso algunos se acordaron de Sara Carbonero... será que no era gafe, que se lo pregunten a Iker Casillas, ¿o no?