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Estilo. Pedrito, Busquets, Llorente y Martínez son presente y futuro de la selección. :: EFE /AFP
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El futuro es suyo

España tiene cuerda para rato y debe seguir siendo una referencia en la próxima Eurocopa y en el Mundial de Brasil de 2014

JON AGIRIANO
JOHANNESBURGO.Actualizado:

El miedo a que lo bueno se acabe existe en todos los órdenes de la vida y el fútbol no es una excepción. Sobre la selección española, por ejemplo, gravita ese temor difuso y los aficionados conviven con él de dos maneras. Los hay que apuestan por el 'carpe diem' y prefieren disfrutar del día a día sin pensar más allá, y los hay que no pueden evitar preocuparse pensando en las fechas de caducidad. Una mirada serena a 'La Roja', sin embargo, obliga a pensar que hay equipo para rato, que tanto en la próxima Eurocopa de Polonia y Ucrania como en el Mundial de Brasil de 2014, España continuará siendo lo que es ahora, toda una referencia. Se producirán algunos relevos, por supuesto, pero la base del grupo permanecerá, como permanecerá también -y esto es lo más importante- la apuesta por un estilo de juego que ya define a España ante los ojos del mundo.

Dijo César Luis Menotti hace unos años que la selección española tenía que elegir entre ser toro o ser torero. El técnico argentino se refería a la obligación del equipo nacional de apostar definitivamente por un estilo, algo que, a diferencia de todas las grandes selecciones del mundo, nunca había hecho. Durante décadas, 'La Roja' no ha sido un equipo identificable. Jugaba en función del gusto del seleccionador y con cada relevo en el banquillo, que era algo que se producía con bastante asiduidad, todo daba un vuelco. Es cierto que España ha tenido grandes selecciones a lo largo de su historia, algunas de ellas muy poderosas y competitivas. Es el caso de la campeona de Europa de 1964, de la subcampeona de 1984 o de la que dirigió Javier Clemente en el Mundial de Estados Unidos. Por no hablar de las extraordinarias selecciones de 1934 o 1950. Ahora bien, a España siempre le ha faltado una personalidad futbolística definida e irrenunciable, una forma de jugar que le identificara.

Pues bien, ya la tiene. Es más, no es que 'La Roja' tenga personalidad. Es que, desde hace tres o cuatro años, tiene una personalidad arrolladora. Independientemente de sus espectaculares resultados, pocos equipos hay más reconocibles en el mundo que el español, cuyo estilo es defendido a capa y espada por todos sus jugadores. España quiere el balón, ser torero por decirlo a la manera de Menotti, y esa apuesta ya no tiene marcha atrás. No debe tenerla. Como no la tuvo en su día en el Barcelona, el club que inspira a esta selección, cuando Johan Cruyff puso los cimientos de un tipo de juego que ya ha quedado como impronta del club catalán. Llegados a este punto, alguien dirá que el estilo lo marcan los jugadores que hay en cada momento y que no siempre saldrán Xavis o Iniestas. Y es cierto. Tan cierto como que, trabajando en función de un modelo de fútbol, acaban saliendo los futbolistas capaces de interpretarlo. La Masía, en la que se han forjado siete jugadores que han estado en Sudáfrica a las órdenes de Vicente del Bosque, es el mejor ejemplo.

Línea por línea

Un vistazo a la tropa española, línea por línea, ayuda a ser optimista pensando en los años venideros. Al equipo le queda mucha cuerda. En la portería, no hay mayores problemas. A los tres que están en Sudáfrica les quedan años de fútbol y ahí está De Gea, llamando a la puerta de la selección siendo casi un juvenil. En la defensa pueden causar baja dos titulares como Puyol y Capdevila, que con 32 años son los más veteranos del grupo. La baja del catalán, que antes de viajar a Sudáfrica anunció que abandonaría la selección después del Mundial pero no ha querido confirmarlo, es importante por su jerarquía dentro de un grupo que es una piña. Pero con futbolistas como Albiol o Domínguez el relevo no será traumático. Además, también está la baza de Sergio Ramos, que con Mourinho volverá a ejercer de central, su puesto natural. Más complicada, curiosamente, se antoja la pérdida, tarde o temprano, de Capdevila dada la extraña crisis de laterales izquierdos que sufre el fútbol español. El futuro debe estar en jugadores como el osasunista Monreal, que ya debutó como internacional, o en jóvenes como Canellas y José Ángel, del Sporting, o Didac, una promesa del Espanyol.

En el centro del campo, la piedra angular de este equipo, no hay razones para poner demasiadas fechas de caducidad. Busquets es un chaval y Javi Martínez ya está haciendo las oposiciones para tener un papel destacado. A Xabi Alonso, por su parte, todavía le quedan cuatro buenos años de fútbol, algo que también se puede decir de Xavi Hernández, quizá el jugador más difícil de sustituir, el más importante por su impacto en el juego. Futbolistas como el de Terrasa aparecen cada muchos años y, cuando se corte la coleta, habrá que resignarse a su ausencia. De momento, tiene 30 años. Si le respetan las lesiones, su inteligencia en el campo y su forma de jugar le darán todavía bastante carrete. Por delante de ellos, Iniesta, Cesc, Silva, Mata, Navas o Pedro no dan ningún motivo de preocupación. Todo lo contrario. Sólo dan motivos de esperanza. Les queda mucho fútbol. Algunos, de hecho, no han hecho más que empezar en esto. Y no sólo eso. Tampoco hay que olvidarse de grandes jugadores que no han podido estar en el Mundial como Santi Cazorla o Pedro León, otra gran alternativa de futuro si mantiene su progresión.

Tampoco en la delantera se aprecian nubarrones en el horizonte. Villa tiene 29 años y está en el esplendor de su carrera. Nadie duda de que vaya a estar en la próxima Eurocopa. Y lo mismo puede decirse de Fernando Torres, que está en la edad perfecta de un futbolista y tiene todavía muchas internacionalidades por delante. Fernando Llorente tiene que seguir creciendo, pero ya es una realidad. Del Mundial de Sudáfrica debe salir un delantero centro todavía más desequilibrante y ambicioso. Será fijo en las convocatorias de los próximos años; unos años en los que España, sin duda, hará seguir disfrutando a los aficionados de todo el mundo. Tiene todo lo que se necesita para ello: estilo y futbolistas.