Masiva manifestación en defensa del Estatut
El presidente Montilla y todo su Gobierno encabezaron la protesta por los recortes en la sentencia del Tribunal Constitucional Se celebró en un clima independentista y reivindicativo
BARCELONA.Actualizado:Cataluña respondió de forma masiva. Por la «agresión al pueblo», por el «sentimiento de humillación», porque «la voluntad de Cataluña no se ha respetado», por la «provocación de una sentencia», por la «independencia». Cada uno con su argumento, cientos de miles de catalanes tomaron ayer el centro de Barcelona para protestar contra la sentencia del Tribunal Constitucional que invalida 14 artículos del 'Estatut' y reinterpreta otros 27. Se esperaba una participación histórica y lo fue, pero superó las previsiones más optimistas de los organizadores.
La Guardia Urbana cuantificó la afluencia en 1,1 millones de personas, pero los organizadores apuntaron más alto, a los 1,5 millones. Los responsables de la manifestación, la organización Omnium Cultural, señalaron que la cita estuvo a la altura y superó a otras manifestaciones ya míticas como la de 'Libertad, amnistía y estatuto de autonomía' de 1977, cuando ya se habló de un millón de personas, o la de 2004 contra la guerra de Irak. Riadas de personas se dieron cita a las seis de la tarde entre el paseo de Gracia y la plaza de Tetuán de la capital catalana cargados de banderas catalanas, muchas de ellas con estrellas independentistas, pero muchas también sin ellas. Tampoco faltaron las enseñas holandesas, en simbólico apoyo al país rival de España en la final de hoy en el Mundial de Fútbol de Sudáfrica.
La marcha se desarrolló en un ambiente pacífico y familiar, en el que los gritos que más se escucharon, para desagrado del presidente de la Generalitat y muchos socialistas, fueron los de «Independencia». «Unidos sí, pero no unificados», «España nos engaña» o «Bote, bote, bote, español el que no bote» fueron algunas de las pancartas y proclamas que pudieron verse y oírse al margen del lema de cabecera, 'Somos una nación, nosotros decidimos', declaración que quedó casi tapada por la multitud.
El 'president' de la Generalitat, José Montilla, que marchó tras una 'senyera' de 250 metros cuadrados, fue recibido en medio de consignas independentistas, soportó abucheos, gritos de «dimisión» y «traidor», y recibió una lluvia de bolas de papel. El ambiente se caldeó a medida que avanzaba la marcha al punto que un joven trató de agredir a Montilla, intento repelido por sus guardaespaldas. Junto al presidente de la Generalitat desfilaron sus predecesores, Jordi Pujol y Pasqual Maragall, y también el presidente del 'Parlament', el republicano Ernest Benach, acompañado asimismo de sus antecesores en el cargo, Joan Rigol y Heribert Barrera. Tras el incidente, registrado casi al final de la marcha, el líder socialista abandonó la concentración escoltado por su servicio de seguridad y se refugió en la Consejería de Justicia. A las 20.10 horas, se marchó en su coche oficial rumbo al Palau de la Generalitat.
A la vista de los resultados, Ómnium Cultural se podía haber ahorrado las llamadas a la movilización. Se calcula que en torno a un millar de autobuses procedentes de distintos puntos de Cataluña llegaron a Barcelona.
El fallo del Constitucional se conoció íntegro en la víspera de la manifestación, cuando muchos indecisos dudaban entre la playa o salir a las calles a respaldar el 'Estatut'. Fue la gota que colmó el vaso. Y es que se comprobó que no hay elemento de movilización más eficaz que los titulares de la prensa barcelonesa que el sábado informaban de que el Constitucional no reconoce más nación que la española o que el castellano y el catalán son las lenguas vehiculares en la enseñanza.
Un antes y un después
La sentencia, por tanto, encendió la marcha por el 'Estatut' y calentó las declaraciones de los participantes. «La manifestación cambiará el curso de las cosas», dijo el consejero de Economía, Antoni Castells. «Supondrá un antes y un después en la historia de Cataluña», señalaron los líderes de CiU, Artur Mas, y de Iniciativa per Catalunya, Joan Herrera. «La sentencia del Estatut supone el fin del sistema autonómico porque se ha visto que ya no sirve», dijo el presidente de Esquerra Republicana, Joan Puigcercós.
Aunque en un principio no había previsto que hubiera parlamentos, al final, la marcha concluyó con las palabras de dos actores catalanes: Txe Arana y Lluís Soler. «Nos unimos por el derecho a decidir como pueblo. El recorte del 'Estatut' no es democráticamente admisible. Es un ataque a la soberanía y a la democracia», clamaron.
El acto se cerró con la interpretación del 'Cant dels segadors', el himno de Cataluña en la plaza Tetuán. Para entonces muchos de los líderes políticos, ante la imposibilidad de llegar al punto final de la manifestación, se habían ido.