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Shrek quiere ser joven

El ogro verde y sus colegas se despiden hoy con ventosidades en 3D y una decepcionante taquilla en EE UU La saga más famosa de Dreamworks dice adiós a sus millones de fans

R. GONZÁLEZ
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Antes de que Pixar estrene su 'Toy Story 3' -a la que la crítica americana está poniendo por las nubes- llega hoy a las pantallas españolas el cuarto y último capítulo de la saga más famosa de su empresa rival, Dreamworks. 'Shrek Tercero' supuso una decepción para los fans del personaje, no para el que suscribe que la encontró de un nivel similar a las anteriores entregas, es decir, igual de mediocre. Alguna ventaja tenía que tener el no considerar a la primera 'Shrek' como la cima de la animación.

La razón por la que la tercera parte no gustó en general habría que buscarla en su falta de novedad y en el tono tradicional de su mensaje. Al ver al ogro casado y con hijos, los espectadores encontraron que la franquicia se acomodaba y caía en la 'fórmula Disney' que ella misma criticaba. Algo que, pese a que muchos no quisieron verlo, ya ocurría a la mitad de la primera película.

'Shrek, felices para siempre', la última entrega, no solventa este problema, pero se saca de la manga un recurso que quizá satisfaga a los seguidores de la saga. Así pues, encontramos de nuevo a Shrek en plena crisis de la mediana edad, otra vez en conflicto con la vida matrimonial y el cuidado de sus retoños. La rutina familiar le hace añorar sus tiempos de ogro feroz, cuando atemorizaba a los labriegos que ahora le piden autógrafos en sus horcas y guadañas.

Sus deseos son escuchados por Rumpelstiltskin, que le propone un trato: Shrek le entregará un día de su infancia a cambio de una jornada libre de obligaciones. Así el ogro regresa a su vida antes de conocer a Fiona. Lo que no sabe es que en este universo alternativo él nunca ha existido ya que el duendecillo se ha quedado con el día de su nacimiento. Esta premisa, en la línea del clásico del Hollywood dorado '¡Qué bello es vivir!', resulta ideal para incluir referencias a la primera entrega que, sin duda, serán bien recibidas por los nostálgicos. La trillada excusa argumental posee, sin embargo, cierto potencial y resulta curioso comprobar cómo han cambiado las cosas en el reino de Muy Muy Lejano sin la presencia del protagonista.

Fiona en armas

Asno no le reconoce y Fiona, que tuvo que escapar sola de la torre, se ha convertido en guerrera y líder de una resistencia de ogros. Pero sin duda lo más divertido de la cinta es la presencia de una versión obesa del Gato con Botas (¿una nueva alusión a Garfield?). Por lo demás, el humor no es lo que destaca en este último capítulo que tiene su punto fuerte en Rumpelstiltskin, probablemente el mejor villano de la saga.

'Shrek, felices para siempre' tarda demasiado en entrar en materia, con un exceso de exposición y escenas destinadas al lucimiento de las 3D. Gana impulso en su clímax, 20 minutos de acción más o menos conseguidos que sirven de despedida a una franquicia que ha ofrecido gags y personajes resultones -como el hombre de galleta, Asno o el gato con botas- pero nunca ha destacado por la complejidad de sus historias.