La plantilla de Rianal radicaliza su protesta por el impago de cuatro meses

Un pitido ensordecedor saludaba ayer a los transeúntes y los turistas que recorrían al filo de las 13.30 horas el centro de Jerez y que se encontraron con la plantilla de la tienda Rianal, así como a familiares y amigos, en plena protesta para exigir al propietario de este emblemático negocio que pague a los trabajadores los cuatro meses que les adeuda. Todos los asistentes le gritaron y encararon cuando echó la llave a la tienda a la hora de comer, y después continuaron con su protesta, que fue saludada con solidaridad por los ciudadanos, los conductores y hasta los conductores de autobuses que hacían sonar el claxon a su paso por la calle Santa María.

La ruidosa concentración de ayer es un capítulo más de la movilización indefinida que mantienen estos trabajadores que sólo pueden llevar a casa «los escasos euros que entran en caja cada día». Y no son muchos, porque las ventas en Rianal son casi testimoniales no sólo por la competencia de las grandes marcas, sino también porque «la tienda se ha quedado vieja, no entra mercancía desde hace tres años y no se da ningún paso por revitalizarla», se quejaba ayer uno de los empleados.

Precisamente ese plan de reflotación y de modernización del negocio formaba parte del ERTE que nunca se llegó a cumplir.