El Supremo ordena reabrir el sumario sobre la muerte de Couso
La Audiencia Nacional deberá practicar nuevas diligencias para conocer si se trató de un acto deliberado
MADRID. Actualizado: GuardarLa investigación sobre la muerte del periodista José Couso vuelve a la Audiencia Nacional, el mismo tribunal que ha archivado dos veces el caso por falta de pruebas contra los tres militares estadounidenses procesados por estos hechos. La decisión fue decretada ayer por el Tribunal Supremo después de admitir el recurso de la familia del cámara de Telecinco, fallecido en abril de 2003 en un hotel de Bagdad tras impactar un proyectil lanzado por un tanque norteamericano en plena invasión de Irak. Javier Couso, hermano del fallecido, mostró su satisfacción por la resolución del Supremo y exigió a la Fiscalía que no torpedee la investigación y deje de proteger a los militares acusados.
La decisión del alto tribunal fue por unanimidad y supone un tirón de orejas tanto a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional como a la Fiscalía, que en octubre de 2009 defendieron la conclusión del sumario después de declarar nulo el procesamiento de los tres militares estadounidenses decretado por el juez Santiago Pedraz.
El instructor imputó al sargento Thomas Gibson, el capitán Philip Wolford y el teniente coronel Philip Camp la comisión de los delitos de homicidio y contra la comunidad internacional por disparar contra el hotel Palestina de Bagdad y ocasionar la muerte tanto de José Couso como del reportero ucraniano Taras Protsyuk, de la agencia de noticias Reuters.
La Sala de lo Penal, con el apoyo de la Fiscalía, consideró entonces que las pruebas contra los acusados eran poco relevantes (testimonio de los testigos) e, incluso, concluyó que no se podía negar la existencia de francotiradores en el hotel, tal y como aseguró el Mando Militar Americano para justificar su ataque en clave defensiva. Más aún, no dio por válido el testimonio de la ex sargento Adrianne Kinne, que aportó la prueba que confirmaba que los tres militares procesados y su jefe tomaron la decisión de disparar contra el edificio. Lo hizo tras escuchar las comunicaciones telefónicas mantenidas por ellos minutos antes del ataque.
Esta es la segunda vez que el Supremo ordena a la Audiencia Nacional reabrir el caso y practicar nuevas diligencias para conocer si se trató de un acto deliberado.