Detenida una tercera persona por el asesinato de Guillén Moreno
Reconoce haber apuñalado a la víctima para robarle; mientras que el otro arrestado fue el supuesto cómplice
Actualizado:Un testigo, dos sospechosos y un móvil. Piezas esenciales en una investigación policial y todas las tiene ya la Unidad de Delicuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional en el caso de la muerte de Mercedes Tello. Las cuatro están ligadas de tal forma entre sí, que el hallazgo de una ha llevado a los investigadores a otra, en un día y medio de pesquisas sin apenas respiro para los agentes. Ese trabajo a contrarreloj permitió la detención de dos jóvenes veinteañeros de la barriada de Guillén Moreno. Ambos residen muy próximos a la residencia de la víctima donde apareció brutalmente asesinada. Al cierre de esta edición, este periódico confirmó que uno de ellos confesó la autoría del crimen; mientras que el segundo supuestamente había ejercido de cómplice.
Los arrestos en tiempo récord -el hallazgo del cuerpo se produjo sobre las 15.30 horas del lunes- se produjo gracias a las declaraciones de un testigo protegido. Esta persona accedió a ofrecer un testimonio que, según fuentes de la investigación, ha sido determinante para localizar a los dos sospechosos. Sabía cómo se había producido la muerte, quién había apuñalado hasta en treinta ocasiones a la víctima y la razón. Según esta declaración, el autor del crimen y su compinche entraron en su casa para robar. Mercedes y su marido, militar retirado, eran conocidos en el barrio por tener una buena posición económica y uno de los detenidos, que aparece en la fotografía superior de esta información, tenía cierta relación con la difunta.
La secuencia de hechos sobre la que trabaja la Policía y que ha sido reconocida por el primero de los implicados es la de un robo que se les fue de las manos porque la víctima se defendió hasta la muerte. De complexión corpulenta, la ex trabajadora de Altadis presentaba múltiples heridas en ambos brazos producidas por el forcejeo. Además de las puñaladas, una de las cuales le perforó la tráquea y casi le degüella, tenía rota la mandíbula. Prueba también de la violencia ejercida contra ella fue el estado en el que quedó el cuchillo de cocina que el agresor utilizó para apuñalarla.
Como ya adelantara este medio en exclusiva en su edición de ayer, el arma del crimen pertenecía a los utensilios domésticos de la fallecida. Ayer se supo que el cuchillo, que apareció cerca del cadáver, tenía la hoja rota. Quien lo empuñó lo hizo con tanta fuerza que lo destrozó al chocar contra los huesos de la mujer. El detalle de que el arma hubiera sido cogido de la misma cocina de la difunta, dirigió a los investigadores al entorno próximo de Mercedes. Y esa sospecha no iba desencaminada.
Según las mismas fuentes consultadas, el segundo de los detenidos, que presenta cierta minusvalía, hacía recados en el barrio y en alguna ocasión había ayudado a Mercedes. Por eso, el domingo por la tarde, cuando llamó a su puerta, ésta le abrió sin problemas. Lo conocía y no le extrañó la visita. Eso explicaría que la entrada al piso no presentara ningún signo de violencia. Este joven supuestamente iba acompañado del que se confesara ayer por la tarde autor material de los hechos. Con la ayuda de ese compinche, pudo acceder al piso con la intención de robar.
Todo por un plasma
La víctima se resistió y el supuesto asesino, que no quería ser reconocido, la apuñaló y le propinó golpes hasta la muerte. Quizás uno de los datos más inquietantes es el botín del asalto: un simple televisor de plasma que sustrajeron de la casa para luego revenderlo. Esa pista también habría sido corroborada, confirmando el móvil del crimen. Una causa que en un principio parecía poco probable, teniendo en cuenta la extrema violencia ejercida contra la difunta.
Las decenas de heridas habrían hecho pensar un móvil pasional. Por eso, una de las primeras indagaciones, según las mismas fuentes, fue confirmar la coartada que tenía el marido, quien dijo estar en Madrid visitando a un familiar. Ayer prestó declaración en Comisaría antes de ir al velatorio. Las llamadas de alerta que hizo desde la capital de España porque no daba con ella permitieron descubrir el cuerpo y los agentes pudieron confirmar que no estaba en Cádiz cuando ocurrió el crimen.
La detención de los dos sospechosos causó un enorme revuelo en el vecindario, ya que el primero de ellos fue retransmitido en directo por Canal Sur. Los agentes debían regresar al barrio para efectuar el segundo y avisaron a la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) para poder controlar la situación. El sospechoso no estaba en su casa del nº 4 de Marinero en Tierra, pero fue localizado a pocos metros.