Obama celebra el 4-J con el Ejército

De costa a costa y de norte a sur, demócratas, republicanos e independientes aparcaron el domingo sus diferencias desplegando en las calles un inmenso fervor patriótico entre barbacoas, desfiles, conciertos y espectáculos de fuegos artificiales en las celebraciones del 234 cumpleaños del país. La Casa Blanca, fiel a la tradición, se sumó a los actos festivos con una recepción que congregó a más de 1.200 soldados y sus familiares.

Flanqueado por su esposa, Michelle, el presidente quiso conmemorar el aniversario de la firma de la Declaración de Independencia en compañía de «los extraordinarios hombres y mujeres uniformados y sus familiares». Los militares, molestos por las palabras del presidente del Comité Nacional Republicano sobre la misión en Afganistán, aplaudieron con entusiasmo a sus anfitriones y se levantaron para estrecharles las manos.

Obama, que no vive sus mejores momentos en las encuestas, aprovechó la jornada para pronunciar un discurso conciliador en torno a los principios vertebradores del pueblo estadounidense. Así, instó a la población a vivir conforme a la «esencia de EE UU y el espíritu que nos ha definido como un pueblo y una nación durante más de dos siglos», que son, en su opinión, los que condujeron al «nacimiento de la libertad».

La nota triste del día se vivió lejos de Washington, en el estado de Iowa. En uno de los populares desfiles del 4 de Julio, dos caballos que tiraban de una carreta se desbocaron y llevaron por delante a una mujer de 60 años, que murió, y a otras 23 personas, heridas de diversa gravedad.