Jerez

Los tres hijos recibieron el pésame en un ambiente de consternación

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Estupor, desolación y dolor fueron los sentimientos que se respiraron durante toda la tarde en el tanatorio de Servisa de Cádiz. La sala siete, donde se encontraban los cuerpos de Milagros y Paco, se convirtió en un ir y venir de amigos y familiares que acudieron a arropar a los hijos del malogrado matrimonio. Francisco, Benjamín y Roberto Galán recibieron el pésame de sus más allegados en un ambiente de consternación y perplejidad ante el trágico suceso.

Los cadáveres fueron trasladados al tanatorio de Servisa una vez que concluyó la autopsia, que arrojó la certeza de que Milagros murió por asfixia. Pero en el velatorio nadie podía explicarse cuáles fueron las circunstancias que condujeron a esta pareja al dramático suceso que terminó con sus vidas. «¿Por qué?, ¿por qué?». Esta fue una de las exclamaciones que más se oyó durante el velatorio, que se inició sobre las cinco de la tarde en el inmueble acristalado de la calle Chiclana. Los abrazos y palabras de apoyo se multiplicaron para consolar la tristeza de los que convivieron con los Galán.

El hermano de Milagros, Manuel, no podía contener las lágrimas. Los tres hijos del matrimonio, por su parte, mostraron una aparente entereza y el más pequeño, Roberto, declinó con amabilidad hacer declaraciones.

El funeral de los Galán está previsto para esta mañana a las 10.30. Será en la Iglesia Mayor Prioral de El Puerto, donde Milagros Galán era una asidua feligresa. No en vano, el matrimonio profesaban su fe católica de forma activa, y acudían a misa a diario. El acto se prevé multitudinario, ya que se trataba de unos vecinos muy conocidos entre la sociedad portuense. Él se dedicaba al negocio bodeguero y vendía fino a mosto a varias empresas del sector. Ella impartía catequesis en el colegio San Luis.