Un nuevo escenario para un conflicto entre vecinos

No todos los colectivos de San José Obrero recibieron ayer con el mismo entusiasmo la noticia del estreno del centro de barrio. Durante la presentación, algunos miembros de la asociación cultural Cristo de la Aceptación hicieron acto de presencia para protestar porque «nadie les había avisado» del evento. Según la delegada de Participación, Solidaridad y Cooperación, Míriam Alconchel, el problema se originó «por un fallo administrativo». Hasta la propia alcaldesa se vio obligada a aclarar que ella «no ganaba nada» por omitir el aviso a la asociación religiosa.

El conflicto de los prosélitos de La Aceptación con la asociación de vecinos La Prosperidad de San José Obrero se viene arrastrando desde hace un tiempo. Según los primeros, La Prosperidad «no echa cuenta» a sus peticiones, entre las que se destaca un emplazamiento para la imagen del Cristo. De la capilla actual, donde guardan las imágenes, «se está cayendo hasta el techo», según el presidente de esta asociación cultural, Santiago López. La asociación vecinal se escuda en que no puede concederles otro lugar porque «no tiene nada», ya que los locales actuales «son dependencias municipales», justificó Antonia Reyes, su presidenta.

Sin embargo, desde La Aceptación denuncian que el emplazamiento actual, cedido por el Ayuntamiento, tiene dedicada una parte de las instalaciones al Club de Fútbol, y que los representantes vecinales no les avisan para las reuniones. La presidenta argumenta que «el Club tiene más de 20 años de historia» y a unos 200 niños inscritos, y que «realiza una obra social grandísima». Por contra, la asociación cultural «es bastante reciente, como asociación lleva inscrita menos de un año». Por ello, desde La Prosperidad instan a La Aceptación a «dirigirse al Ayuntamiento como grupo» y solicitar una plaza, o que «se la pidan al Obispado».

La asociación de vecinos se encuentra a la espera de la entrega de llaves del nuevo centro de barrio, tras lo cual se reunirá con los distintos grupos. «Los llamaremos», asegura Antonia Reyes. «Esperemos que esto no vuelva a suceder».