Cuando el termómetro transforma el descanso nocturno en un problema

Cuando el termómetro se mueve entre los 24 y 25 grados -y subiendo- dormir se convierte en misión imposible. Las vueltas en la cama, las cabezadas cortas y el cansancio posterior se convierten en las protagonistas de noches en las que la barrera del sueño se ve rebasada por las altas temperaturas. Una mala noche que redunda en una jornada de mal humor y falta de concentración.

En la provincia ya comenzaron a vivirse estas situaciones anoche -con temperaturas mínimas en la capital de 24 grados-. Sin embargo, las mayores complicaciones para conciliar el sueño se prevén a partir de mañana. Las mínimas de 25 grados complicarán el sueño de los gaditanos de la capital.

Para evitar estas situaciones, existen pocas soluciones o consejos. Hecho que no ocurre con los picos de calor del día en los que la hidratación, y la sombra son aliados esenciales para evitar problemas mayores.