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La rotura de una tubería deja sin agua a los vecinos de La Laguna
Un camión cisterna los abasteció con no potable hasta que se subsanó la avería y se restableció el suministro pasadas las ocho de la tarde
Actualizado: GuardarLos primeros veraneantes no pudieron disfrutar agusto de la playa en el arranque de sus vacaciones. La ausencia de un servicio de primera necesidad como el agua, empañó el sábado de julio que abre la temporada alta con una masiva llegada de residentes a La Laguna, la zona más turística del municipio. La rotura de una de las tuberías principales de abastecimiento dejó sin agua desde primera hora de la mañana a todos los hogares y el suministró sólo se restableció completamente hasta pasadas las ocho de la tarde.
La causa del estropicio fue la acción de la raíz de un árbol ubicado justo encima de la red, que había rodeado la cañería y cuya fuerza había terminado quebrándola. Los operarios de Aqualia, la empresa concesionaria del servicio de agua de Chipiona, abrieron una zanja y extrajeron el líquido con una bomba después de cortar el suministro. A continuación procedieron a reparar el daño mediante un empalme de piezas, pero la gestión se ralentizó hasta bien entrada la tarde porque el tamaño de los tubos no coincidía y una pequeña fisura provocaba el escape del agua. El jefe de servicios de Aqualia, Rafael Blanco, explicó que la tubería rota, de 300 milímetros, es una arteria principal de La Laguna y que, por ese motivo, provocó la pérdida del suministro para la práctica totalidad de la urbanización.
Los árboles, un problema
Esta no es la primera ocasión en que La Laguna se queda sin agua, aunque sí es en la que más tiempo ha tardado en restablecerse el servicio, con el agravante de la presencia de los vecinos. La mayoría reside en sus municipios de origen, como Sevilla, Dos Hermanas o Lebrija, y tienen en Chipiona una vivienda para pasar los fines de semana y las vacaciones. «Esta es la tercera vez en lo que llevamos de año que las raíces de los árboles causan este problema. No sabemos si la solución será talarlos o cambiar el sentido de la tubería. Eso tendrá que decidirlo el Ayuntamiento».
Mientras los supermercados hicieron su agosto con la venta de garrafas y botellas, el Ayuntamiento emprendió como medida paliativa el reparto de agua no potable con un camión cisterna. Esto convirtió la avenida en un ir y venir de veraneantes con cubos y recipientes para poder fregar o darse un precario baño. Precisamente para esto fueron utilizados las duchas y los lavapies de la playa del Camarón, ante los que se formaron grandes colas. Pero el fuerte levante tampoco acompañó y la mayoría de los vecinos optaron por pasear o hacer tiempo en los bares y cafeterías, que también sufrieron las consecuencias de la falta de agua.
No pocos propietarios mostraron su indignación por el fallo en el servicio. «Esto no debería sucedernos, después de pagar todos los impuestos y la contribución anual, lo lógico es que tuviéramos más garantías», comentó Belén Suárez. «Ha sido una sorpresa muy desagradable comenzar las vacaciones con este problema. Afortunadamente ya se ha arreglado».