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UNO A UNO

SANGRE Y SUDOR

ANDONI AYARZA
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Mucho más complicado de lo esperado, un nuevo gol de Villa, tras una segunda mitad de infarto, colocó a España por primera vez en su historia en las semifinales de un Mundial.

En un encuentro de contadas ocasiones claras de gol, la tensión del resultado fue el rival más peligroso. Y el guardameta madrileño estuvo presto y seguro cuando tuvo que volver a vestirse de salvador, deteniendo el penalti al gigante goleador zurdo del Benfica, 'Tacuara' Cardozo.

Bien taponado por un gregario de auténtico lujo como Santana, apenas pudo mostrarse en el aspecto ofensivo como lo había hecho en partidos precedentes. Correcto en defensa.

El más brillante de los defensores españoles. Rápido y expeditivo en los cruces y con lucidez en la salida del balón, tanto a la hora de conectar con los centrocampistas como en el desplazamiento en largo del balón. Deslució su gran actuación con un penalti de libro que pudo costar muy caro.

La movilidad y la velocidad del atacante del Borussia Dortmund, Nelson Valdez, le generó destacados problemas en la primera mitad. Dificultades que también destapó con el balón en los pies cuando los paraguayos adelantaron su presión.

Sin grandes alardes pero sin errores firmó un correcto partido defensivo. Y en ataque incluso se incorporó con mayor asiduidad a la de anteriores encuentros.

Volvió a mostrarse como un baluarte defensivo imprescindible para un once con limitaciones físicas evidentes en el juego sin balón. Hasta la fecha, posiblemente, junto a Villa, el mejor jugador del cuadro español.

Se exprimió en la presión y recuperación del balón, pero le costó encontrar protagonismo en una circulación del balón que pecó de excesiva lentitud. Asumió la responsabilidad desde el punto fatídico pero, tras acertar en el primer lanzamiento, erró la repetición.

Suyo fue el primer disparo con peligro de los de Del Bosque. Por lo demás, su conexión con el balón fue más escasa de lo deseable, recibiendo en la gran mayoría de las ocasiones de espaldas y con la presión muy encima; circunstancia que abortó cualquier posibilidad de último pase en el primer periodo. La locura de la continuación si nos dejó grandes destellos de su exquisita calidad técnica.

Tan innegable su calidad con el balón en los pies como cuestionable su estado físico. Aun así, el genial talento ofensivo del centrocampista 'culé' volvió a ser decisivo en la jugada que concedió el pasaporte a semifinales.

El férreo e incómodo marcaje del lateral Verón complicó las opciones del delantero más en forma de los ayer 'azules'. Tras la reanudación forzó un penalti del central Alcaraz que, curiosamente, no lanzó y que, a la postre, erró Xabi Alonso. Pero cuando todo parecían sombras volvió a aparecer el 'guaje' con un nuevo tanto redentor. Nada más y nada menos que el quinto en su cuenta particular.

Cayó en numerosas ocasiones a banda derecha para escapar de la marca de los centrales y encontrar los espacios donde explotar su potencia y velocidad. Lo consiguió en alguna acción, pero un día más sin premio. Al filo de la hora de partido volvió a ser el primer sustituido.

Saltó al césped para mejorar una posesión a la que le faltaba mucha velocidad en la circulación del balón. Lo consiguió por momentos y además forzó un penalti de Justo Villar que el colegiado guatemalteco no entendió como tal.

Concedió velocidad y frescura y participó activamente tanto en la jugada del gol como en las contras más peligrosas del equipo.

Sustituyó a un lesionado Puyol y aportó su poderío físico en el asedio final de los guaranís. Y en Durban ya espera Alemania, que hizo añicos los sueños de la albiceleste de Maradona.