Maradona defrauda a su país
La selección alemana dinamita el capricho de 'Dios' con una goleada antológica Muller, un doblete de Klose y Friedrich terminaron por humillar a una Argentina que no demostró nada ante su primer rival de entidad
CIUDAD DEL CABO.Actualizado:Alemania dinamitó el capricho de 'Dios'. Una goleada castigó el disparate de Diego Armando Maradona. La extravagante combinación de delanteros y centrales presentada en Sudáfrica por Argentina se marchó humillada por el rejuvenecido realismo teutón. El varapalo confirma la mala racha albiceleste en las eliminatorias contra equipos europeos con los que ha perdido siempre desde la final de 1990.
Autor de un partido de trazo impecable, el conjunto de Joachim Loew se clasificó para las semifinales con rigor, autoridad y pegada a una yerma escuadra albiceleste, huérfana de la ayuda de Lionel Messi cuando la más necesitaba. "Messi marcará un gol como yo en los cuartos de final de México", había prometido Maradona. "He perdido mi apuesta con Diego, pero ahora será doble o nada contra Alemania", anunció el nuevo diez argentino. Fue nada. El astro llamado a ser la gran figura del Mundial-2010 se marchó a casa con el zurrón vacío. Messi no es dios ni un super-hombre. Nadie puede hacer lo que le exigen los caprichosos designios de un Saturno argentino convertido en devorador de su hijo. Repicar y estar en misa. Rematar a gol sus propios centros. Es un trance más surrealista que un cuento de Cortázar. Maradona, que repitió alineación por primera vez desde su nombramiento en octubre de 2008, le ha alejado de los aledaños del área, su hábitat natural. En el estadio Green Point de Ciudad del Cabo volvió a jugar muy atrasado como enganche de los dos puntas, Tévez e Higuain que esta vez se quedaron sin mojar.
El problema es que le falta un centrocampista creativo que le surta de balones y se ve obligado a bajar a buscarlos a la medular. En Argentina abundan los delanteros, al igual que los centrales cañeros. Así que con esos mimbres Maradona construyó un enjambre descompensado y desequilibrado que sobrevivió del gol. Hasta que se topó con una selección con pegada, unos germanos que cobraron cuatro de sus seis remates, y pasó de la gloria al infierno.
Mucha Alemania
Alemania se adelantó nada más empezar al anotar su gol número 200 en los Mundiales con la colaboración de Nicolás Otamendi. El lateral, por la gracia de 'dios', segó las piernas de Podolski que se encargó de sacar la falta. El zaguero, ya en su puesto natural de central, se vio anticipado por Thomas Mueller, que cabeceó a la red. Le dejó tan libre de marca que Debió pensarse que aquel mozalbete era el recogepelotas como le ocurrió a Maradona. La anécdota sucedió el pasado 3 de marzo en Múnich al término del amistoso en que Argentina derrotó a Alemania. Maradona se marchó enojado de la sala de prensa porque no conocía a aquel mozalbete a cuyo lado se tenía que sentar. Era el debutante reclamado por los periodistas para conocer sus impresiones. Son cosas que ocurren con las carreras meteóricas de los chavales de hoy, que hace un año están jugando en Tercera y a la primeras de cambio te ponen las semifinales de un Mundial cuesta arriba.
El cuarto tanto sudafricano del prometedor talento bávaro no le sirvió para granjearse la clemencia arbitral. El uzbeko Irmatov le privó de la semifinal al amonestarle por ayudarse del brazo para controlar un balón en el centro del campo ante Messi. El barcelonista, muy apagado toda la tarde, sacó la falta e Higuain llevó el balón al fondo de la red, pero estaban él y otros tres albicelestes en fuera de juego. La diana podía haber premiado la reacción del paciente argentino, que tardó media hora en encontrar en el psicoanalista la terapia de grupo para sacudirse el síndrome teutón. Di María, que exploró con éxito el flanco derecho, el desacertado Higuain y el infatigable Tévez fueron los más insistentes en probar las maneras de Manuel Neuer, un portero que bloca de rodillas con las piernas y se lanza a por balones que van fuera por palmos.
Cuando más peligro fabricaba la hiperpoblada delantera argentina, Klose y Friedrich dejaron la suerte echada de la eliminatoria en cinco minutos El del defensa vino en un pase de la muerte del inconmensurable Schweinsteiger, elegido mejor jugador del partido, en un córner delator de las carencias defensivas sudamericanas. El otro fue el fruto de una triangulación iniciada desde el suelo por Mueller que fue sustituido poco después en medio de una atronadora ovación.
La guinda al festival alemán estuvo a cargo de Klose quien, en su centésimo partido internacional, firmó su decimocuarto gol en tres fases finales de la Copa del Mundo .