Los jóvenes emprendedores quieren ser modelo en Cádiz
Están convencidos de que la conciencia emprendedora se genera cuando surgen iniciativas y no hay que buscarlas fuera
CÁDIZ . Actualizado: Guardar«Ver a Pedro Álvarez vendiendo sus chocolates Pancracio a todo el mundo desde Cádiz me motivó». Guillermo Boto asegura que vivir en esta provincia o en cualquier otra parte de España no tiene que ser un condicionante para que una empresa funcione o no. Sabe que el sur no tiene una cultura empresarial tan arraigada como en otras comunidades y confía en su generación para que empiece a construirla.
«Tan importante es que haya emprendedores que monten sus empresas para generar empleo y riqueza como el servir de ejemplo para los que vienen detrás». Eso lo considera fundamental para alimentar el espíritu emprendedor. No todos nacen con él, pero hay una gran parte que lo acalla por miedo al riesgo.
Y ese espejo en el que mirarse no puede ser el de Amancio Ortega o Isidoro Álvarez, que han creado grandes imperios, sino en los empresarios gaditanos con un nivel más asequible y teniendo en cuenta las características de la zona. David Montero, responsable de iSoluciones, tiene una idea parecida y se muestra partidario también de la promoción y las relaciones con empresas de otras provincias. «Nosotros hemos superado la barrera tecnológica, no estamos condicionados por la geografía ni las comunicaciones y eso hay que aprovecharlo. Hay que buscar el capital donde esté y contar con el apoyo venga de donde venga».
En este punto, el papel de la Universidad es fundamental. Cádiz es una de las pocas que cuenta con una cátedra de emprendedores. Desde las aulas se intenta transmitir ese empuje para poner en marcha negocios y cada vez son más los alumnos que deciden establecerse por su cuenta una vez que consiguen la experiencia suficiente.
Andrés Santos, responsable de AJE, procura permanecer siempre en contacto con las iniciativas de la cátedra, por todo lo que supone. Desde la asociación que preside se aplauden medidas como las incubadoras para jóvenes empresas y las líneas de financiación. «La educación resulta tremendamente importante a la hora de formar al emprendedor. Cuando se conocen los mercados y la teoría que se imparte resulta útil en la práctica, se genera más motivación».
Ahora recuerda que cuando empezó no había colectivos que pudiera orientar, ni asignaturas en las que se dijera cómo montar un negocio o las posibilidades de éxito o riesgo. Ni siquiera los ánimos de los que están alrededor.