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LA HOJA ROJA

'OVER THE RAINBOW'

Mientras esperamos que gane la selección, pueden ir haciendo su propio catálogo de 'frikis' que recoger por el camino que nos lleva a Oz

YOLANDA VALLEJO
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Hay días en los que una se siente como la pequeña Dorothy caminando por un sendero de baldosas amarillas y acompañada por una selección de 'frikis' de auténtica consideración -recuerden: el hombre de lata, el espantapájaros y el león que se asustaba de los ladridos del perrito Totó. Un planazo. Hay días en los que una siente unas irresistibles ganas de cantar a gritos el 'Over the rainbow', sobre todo en la parte que dice «Somewhere over the rainbow, Skies are blue. And the dreams that you dare to dream, Really do come true», que traducido viene a ser algo así como que «Por detrás del arco iris los cielos son azules y los sueños que sueñes se harán realidad». Una cosa entre blandengue y empalagosa que, sin embargo, hay días que me viene a la mente en cuanto abro un periódico o escucho las noticias. Será porque cada vez nos sorprende menos que haya un mago de Oz capaz de revolver en su chistera y darnos gato por liebre, o será porque siempre hay una bruja del Este a la que enfrentarse. Sí.

En fin. Que mientras esperamos que la selección esta noche nos acreciente los ánimos en la misma medida en que la nómina nos ha disminuido el monedero, puede usted ir haciendo su propio catálogo de 'frikis' que recoger por el camino que nos lleva a Oz. Puede fichar al cura -sí, católico, por si hay dudas- de Benamahoma, Jozef Lewsczyk, -no, seguro que no es de por aquí- o al alcalde pedáneo ahora que ha dimitido por cuestiones personales después de que la «rueda de energía sincronizada» -¿qué sería eso?- con la que pretendían purificar y librar de malos espíritus al pueblo no ha convencido ni siquiera a los que lo organizaban. Y eso que la bruja buena -Doris Alza, no olviden su nombre- sólo quería hacer un ritual «serio», como decía el pedáneo. Pues vaya.

Puede incluir en el repertorio al secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky -no, no creo que sea familia del cura de Benamahoma- que consiguió la camiseta de Villa firmada tras el partido contra Portugal, no para él -aclaró- sino para Laura Rodríguez, que es una de las niñas góticas del presidente, José Luis Rodríguez Zapatero. Más 'frikis', el secretario y la niña gótica, que ya podían hacer las cosas con un poquito más de discreción, con la que está cayendo, digo yo, que con cuatro gotas se forma el diluvio universal. Pero queda más guay que todo el país se entere de que hay unos privilegios, sí, pero que siempre los tendrán otros.

Al final, no nos extrañará que, de la plataforma de los que van a salvar La Caleta -que el jueves se hicieron sentir, y mucho, en la playa- salga un partido como el Vecinal Regionalista de Chiclana, que nació de la plataforma de vecinos afectados por la regularización de viviendas -los dueños de las casas ilegales, para entendernos- y que llevan a gala el no tener «ninguna ideología definida» y que sus representantes municipales, si los hay, renuncian a un salario por su dedicación, a cualquier ingreso por pertenecer a consejos de administración varios, a coche oficial y a dietas. En fin. Que tengan suerte. Cosas más raras se han visto.

Record Guiness ubriqueño

Como la cartera de piel más grande del mundo, que han confeccionado en Ubrique y va a entrar en el Guiness -es cíclico, esto de los récords-. Una cartera de más de cincuenta metros cuadrados, que guarda, dicen, «la dignidad de los marroquineros». Será porque está la cosa cortita como para guardar dinero en ella. Otro más para el camino de las baldosas amarillas. Así no hay quien se aclare con lo que es verdaderamente un 'friki'. Y por eso, metemos a todos en el saco. Como a los del 'Foro de Debate Cádiz 2012', que llevan años presentando una alternativa de ciudad -utópica, puede- y a los que nadie les hace caso. Tal vez porque lo único que han pedido es que se les escuche. Y por aquí no tenemos esa costumbre.

El Carnaval y otras coplillas

Y eso que esta noche, el que quiera escuchar, lo puede hacer gratis. Y llevarse encima una antigüedad por la cara. Porque lo bueno no es que, por gentileza del extinto Musical JM, se vayan a repartir de balde cuatro mil cintas de cassette en el festival 'Esto E Asin', lo bueno es saber dónde va a escuchar la gente estas reliquias. Un poco más y las ceden para el museo del Carnaval. Por lo menos tendrían algo que exponer.

O las ceden para la Cárcel Real, ahora que recién inaugurada se va a convertir en el «gran qué» que todos esperábamos y a la que sólo le queda dilucidar qué van a poner dentro. Porque con tanta sala expositiva la cosa promete, la verdad. Sobre todo, por las condiciones de seguridad del edificio. Y no. La seguridad en recintos expositivos no tiene mucho que ver con la instalación de cámaras de vigilancia, ni con sistemas para controlar el acceso al perímetro del edificio, ni siquiera por la cosa etnológica de la Casa de Baños que está justo enfrente. Los mínimos que una sala de exposición debe cumplir -no lo digo yo, lo dice el Ministerio de Cultura- inciden en cosas tan «nimias» como la temperatura, la humedad, la iluminación, alarmas electrónicas, sensores de movimiento, accesos homologados, sistemas de cerramiento de seguridad en puertas, ventanas. En fin. Que no es tan fácil como pasar la mopa y colgar los cuadros

Por eso hay días que una se levanta, se da cuenta que como decía Dorothy «en ningún sitio como en casa» y como si fuera Judy Garland, en un arrebato 'ebriosentimental', se pregunta, «If happy little bluebirds fly, Beyond the rainbow, Why can't I?» Porque más vale lo friki conocido, que lo que nos quedará por ver.