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Heitinga, Sneijder y Van Bronckhorst celebran el gol de Holanda que les da el pase a semifinales. :: AP
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La 'naranja mecánica' exprime a Brasil

Holanda protagoniza la gran sorpresa del Mundial al eliminar a la selección pentacampeona, que acabó desquiciada

EDUARDO S. MOLANO
PORTH ELISABETH.Actualizado:

Golpe en el tablero, y Holanda a semifinales. Lo que parecía, a priori, una partida de ajedrez entre dos de los conjuntos más técnicos de todo el campeonato terminó, curiosamente, dirimido por dos errores de cálculo. El primer vilipendiado por la diosa fortuna fue el técnico holandés, Van Marwijk, quien parecía, hasta el partido frente a Brasil, la reencarnación de Bobby Fischer en su vertiente futbolística.

Gracias a una línea de peones conformada por Van der Wiel, Heitinga, Van Bronckhorst y Mathijsen, el cuadro 'Oranje' tan sólo había encajado dos goles en todo el torneo, y ambos de penalti. Sin embargo, como al Gran Maestro de Illinois, al técnico tulipán le traicionó su genialidad y cinco minutos antes de comenzar el encuentro se lesionaba Mathijsen, por lo que debía alterar su once inicial con la entrada de Ooijer. Aviso a navegantes: los experimentos con gaseosa no parecen funcionar en este Mundial y menos aún cuando se trata de una partida de ajedrez.

A los diez minutos, pase de Felipe Melo desde su campo que supera toda la defensa holandesa y deja a Robinho delante de Stekelenburg. El jugador del Santos no perdona, y Van Marwijk ya comenzaba a lamentar su apuesta por Ooijer. Aunque lo cierto es que, ya desde el inicio, el cuadro de Dunga parecía dispuesto a dar un golpe definitivo en en tablero. En la primera jugada del partido, patada de Daniel Alves a Arjen Robben, y en la siguiente, era Felipe Melo quien enseñaba los tacos al Van Bommel. Dos peones comidos en apenas diez minutos.

Precisamente la aportación de Melo resultó definitiva en la resolución de la partida. El de la Juventus, quien fue duda hasta pocas horas antes del partido por una contusión, se erigió en los primeros compases del encuentro en el mariscal de campo al desquiciar, por momentos, a Sneijder. Aunque para cantar sus 'alabanzas' o miserias quizá sea mejor esperar a la segunda parte... Así que ante un Robben excesivamente lento en el último pase y con un Sneijder desaparecido, los brasileños buscaban el jaque mate en las primeras jugadas.

Fallo de Julio César

A los treinta minutos, Robinho dejó sentado a su par con una bicicleta y cedió el balón a Kaká, que se topó con una buena intervención del meta holandés. Uno a cero al descanso y el partido parecía sentenciado. Aunque para la segunda parte, otro estratega, Julio César -considerado el mejor portero del mundo-, decidiera dar un vuelco a la historia. Centro de Sneijder con la izquierda, se la traga el meta del Inter y Melo introduce el balón en la portería. Bobby Fischer comenzaba a revolverse en su tumba, y lo que debía ser una partida de ajedrez se convertía en una de damas.

Así que con un conjunto brasileño desquiciado por el error de su portero, era el cuadro tulipán quien se hacía con el control del esférico. Y a los setenta minutos, la puntilla. Robben bota un córner, Kuyt prolonga en el primer palo y Sneijder, de testa, hace el segundo tanto. Locura en el banquillo naranja, que veía culminada la remontada. Poco después, era Melo quien descabezaba a su equipo al autoexpulsarse con una agresión al jugador del Bayern de Múnich. La pentacampeona empezaba a desconcharse y a decir adiós a Sudáfrica.

Así que, sin la 'reina' brasileña, era sólo cuestión de esperar al final de los noventa minutos para que la partida se decidiera por el cuadro holandés. Pitido final, jaque mate, y a semifinales. Por cierto, si alguien ha visto a Van Persie que avise a su familia, ya que no saben de él desde que comenzó el Mundial.