PAN Y CIRCO

AGRAVIOS Y 'MANGAZOS'

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El pasado domingo era uno de los días más esperados para los amantes del fútbol mundial. El menú balompédico no podía ser más jugoso y exquisito. Por un lado, el Alemania-Inglaterra, una batalla que va más allá de lo que ocurre en un terreno de juego y, por otro, Argentina-México, un duelo con tintes de revancha, tras el golazo de Maxi Rodríguez hace cuatro años que mandó a los aztecas para casa tras una emocionante prórroga.

No había desplegado precisamente buen fútbol la escuadra británica de Fabio Capello y los germanos son un bloque y, pronto, impusieron su autoridad. Pero apareció Lampard, cuya genialidad fue inversamente proporcional a la vista del árbitro asistente, que no vio como el balón traspasaba la línea de gol con solvencia. Algunos quisieron argumentar que se trataba de la venganza por lo del 66, aunque no tiene ni punto de comparación, porque en aquella ocasión era mucho más difícil saber si el balón entró realmente o no. Tenía razón el técnico italiano cuando hablaba de la era de la tecnología, de la de los cinco árbitros. Es evidente los colegiados van a seguir cometiendo errores en el fútbol. En parte es la salsa de este juego.

Tanto es así, que, pocas horas después, otro árbitro asistente se comía el fuera de juego de Tévez en el gol de Argentina. Enfado monumental de Aguirre y su gente y justificación de Maradona a su estilo: «A Messi también le dan patadas y los árbitros son condescendientes con los rivales».

Para tratar de arreglar el desaguisado, Blatter sale a la palestra para pedir perdón a las millones de personas de ambas naciones agraviadas por los 'mangazos' y se carga de un plumazo a los culpables de los fallos, que ya no pitarán más en Sudáfrica. Ya nos hubiese gustado en España que algún 'mandamal' se disculpara por el codazo de Tassotti y, sobre todo, que Sandor Pühl no hubiese pitado la final de aquel Mundial.