Comienza el derribo de las casas expropiadas en la zona de San Onofre

Juan José Olvera no se despista ni un minuto. Está atento a todo lo que ocurre en las inmediaciones de lo que un día fue su casa ya que no quiere perder más de lo acordado. Ayer comenzó el derribo de las viviendas expropiadas de San Onofre para poder abrir una vía que una Santo Entierro con la Ronda del Estero y facilitar el desarrollo de la Unidad de Ejecución San Cayetano 56.

Pero los obreros a punto estuvieron de llevarse más de lo debido pues tenían la intención de tirar todo cuanto había a su paso. «No es así porque el garaje que tengo detrás de la vivienda no hay que tocarle no entró en el acuerdo. Derribarían la vivienda y yo cedería más de 18 metros, pero el resto es mío y así consta en los planes de ordenación urbana», afirmó Olvera.

Tras una pequeña discusión con los responsables del derribo, consiguió que no tocaran el garaje a pesar de los diferentes papeles que le mostraron. «Vinieron con unas especies de alegaciones que no eran ni de esta casa y me dijeron que lo mejor sería tirar el garaje y que si quería después tomara la vía judicial. Pero me opongo porque las cosas no se hacen así y además en ese garaje tengo muchos utensilios guardados».

Guerrillero como siempre, no dudaría en plantar cara de nuevo tanto a la empresa encargada del derribo como al Ayuntamiento para defender lo que le pertenece, lo que tanto «frío, hambre y sudor me ha costado conseguir». Sobre todo porque a pesar de haber conseguido una mejora en la oferta de expropiación asegura que el dinero dado por el Consistorio no fue suficiente para adquirir otra vivienda. «Hasta a mi madre le hemos tenido que poner dinero y eso que perdió todo cuanto tenía, ya que su terreno está justo en medio de la futura carretera».