CULTURA

Joyas grabadas en la historia de Cádiz

Asociaciones de mujeres de la ciudad descubren los tesoros del recién inaugurado Museo Litográfico

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Su inventor, Aloys Senefelder, pasaba días enteros en su imprenta donde ejercía como cajista y estampador, pendiente de hallar un nuevo procedimiento que permitiera la obtención de imágenes fijas sin tener que recurrir al grabado tradicional. En esas estaba cuando al fin descubrió la litografía. De Munich, algunos años después, la nueva técnica se instaló en el sur de Europa. Jorge Wassermann fundaba en 1861 el primer taller gaditano. Taller que años más tarde compró Nicolaus Müller, para hacer de la firma alemana la tercera más importante a nivel nacional.

Cádiz se erigía así en uno de sus máximos exponentes, sobre todo, al calor de su consolidada red empresarial y su vocación periodística.

En el XIX, por fin, se ha recuperado para la ciudad esta tradición. Ayer, apenas un mes después de la reinauguración del Museo Litográfico, antigua Litografía Müller, se empapaban de estas técnicas, su historia y curiosidades, un nutrido grupo de mujeres pertenecientes a diversas asociaciones de la ciudad. Acompañadas por la delegada del Área de Familia, Mercedes Colombo, que ejerció de estampadora oficial, y guiadas por uno de los pocos litógrafos que en la actualidad hay en Cádiz, Luis de Rivas; las alumnas pudieron comprobar cómo las prensas adquiridas a la familia Müller funcionan perfectamente.

Propaganda y publicidad

Junto a ellas, las máquinas, las vitrinas que custodian casi un millar de piedras litográficas. Éstas son el origen de la magia que se produce en su combinación con las tintas. No hace falta saber dibujar. Sólo paciencia. Técnica, maña y tranquilidad. El resultado se asemeja a una obra de arte. Yeso que se emplean conceptos como aguarrás, goma arábiga y rodillo. Algunos muy conocidos por las señoras.

Más familiar aún, les sonó las marcas que antaño utilizaron la técnica para elaborar sus carteles y etiquetas publicitarias. Chocolate Eureka, juegos de naipes, Solera Curro, Champán de frutas Hijos de Alberto Rodríguez... Además de diplomas, mapas e, incluso, propaganda de La Falange. Algunos de ellos se pueden ver expuestos en el recorrido por las bóvedas de las Puertas de Tierra. Dos máquinas litográficas planas con motor, utensilios litográficos diversos, una mesa para dibujar piedras, una máquina manual grabadora de líneas, tres pantógrafos, una prensa de timbre y una prensa para papel de madera, entre otros elementos, dan idea de la importancia del taller gaditano. Entusiasmadas por el hallazgo, algunas asociaciones mostraron interés por realizar sus propios trabajos en el taller del museo, la mayor joya de este extenso tesoro que está pendiente de ampliarse (al menos la familia Müller cuenta con un legado aún por vender).

Luis de Rivas dio a las mujeres algunas primicias. Un fósil de un pájaro, casi único en el mundo, proveniente de Alemania que sirve de base pedagógica, o la vista más antigua de Cádiz, datada en 1513 y que ha viajado desde el Castillo de Simancas de Valladolid para ser reproducido en serie en el taller. También está colgado en una de las salas un detallado mapa de la provincia. Y mucha historia más que parece que, al fin, podrá revivirse. La recuperación de un bien tan gaditano, no merece más polémicas. Este museo debe servir de altavoz a los ciudadanos. A todos. También a los minusválidos. El ascensor habilitado para su movilidad ya está arreglado. Fue el mismo día en que lo denunció FACUA.