Los jugadores de la selección española celebraron el triunfo ante Portugal que permite seguir adelante en el campeonato del Mundo. :: AFP
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Fernando Llorente como ejemplo

La decisión del técnico de dar entrada al futbolista del Athletic fue un golpe de valentía y carácter Del Bosque recoge los frutos de la confianza que está demostrando en todos sus jugadores

CIUDAD DEL CABO. Actualizado: Guardar
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El choque ante Portugal del pasado martes en Ciudad del Cabo no sólo sirvió para sellar el pase a cuartos de final y demostrar que España es un equipo que sigue creciendo a medida que pasan los partidos. Bien mirado, también tuvo un tercer efecto positivo: constatar el acierto de Vicente del Bosque a la hora de confeccionar la lista de jugadores para el Mundial. Cuando el seleccionador aseguró que llevaba a los mejores y que confiaba plenamente en ellos no hablaba por hablar. Lo pensaba de verdad y lo está demostrando desde que 'La Roja' llegó a Sudáfrica. En los cuatro partidos disputados hasta la fecha, el seleccionador nacional ha acabado utilizando, en mayor o menor medida, a 20 futbolistas. Sólo Albiol, lesionado la pasada semana, y los dos porteros suplentes, Reina y Valdés, no han debutado todavía.

La gestión del grupo por parte de Vicente del Bosque está siendo un ejemplo de sentido común. España tiene un bloque titular, lo que podría llamarse un once de gala. Nadie discute a Iker Casillas. Es cierto que no se encuentra en su mejor momento y que el lío mediático que se ha montado en torno a su relación con la periodista Sara Carbonero le ha incomodado. Aún así, el capitán de la selección ha salido más o menos airoso de los cuatro partidos, lo que tampoco es una tontería teniendo en cuenta la gran cantidad de errores de porteros que se están viendo en el Mundial. Las cantadas están a la orden del día, ya sea por el jabulani o por un misterioso efecto contagio. En la defensa, Sergio Ramos, Puyol, Piqué y Capdevila son fijos. Sólo éste último podía tener el puesto en el aire -antes del partido contra Chile se especuló mucho con la titularidad de Arbeloa-, pero la confianza que Del Bosque depositó en él ha acabado teniendo el mejor efecto posible. Capdevila va a más y ante Portugal firmó un gran partido. En los diez minutos finales estuvo hecho un tigre.

Por delante del cuarteto de zagueros, la pareja de medios centros es intocable. Para el seleccionador, Xabi Alonso y Sergio Busquets son básicos. En cierto modo, representan el sello particular que él ha dado al equipo. De ahí que el técnico salmantino se haya mantenido tan firme en su defensa cuando, desde el exterior, por boca primero del inoportuno Luis Aragonés y más tarde de Johan Cruyff, se le criticaba por no jugar con un único medio centro. También en este caso, la confianza que Del Bosque ha dado al flanco más débil de la pareja, Busquets, se ha visto recompensada con creces. El catalán fue de los mejores ante Honduras y lo ha seguido siendo ante Chile y Portugal.

La línea de ataque es la única que ha sufrido una baja sensible pero tampoco del todo sorprendente: la de David Silva. Teniendo en cuenta que Xavi Hernández, Iniesta y Villa tienen el puesto asegurado, en el once titular quedaba un hueco para dos pretendientes: Silva y Torres. El flojo partido del zurdo de Arguinegin ante Suiza acabó por convencer al seleccionador de que tenía que jugársela con el delantero del Liverpool. Y es que Torres planteaba -y en cierto modo todavía plantea- un dilema para Vicente del Bosque. Todavía no está, pero si no juega no lo estará en todo el Mundial. Y el 'Niño' es mucho 'Niño' como para no aprovecharlo.

El 'mister' no se achanta

El resto de los jugadores, salvo los tres antes citados, han acabado teniendo sus minutos. Y nadie duda de que van a poder seguir teniéndolos. Del Bosque demostró ante Portugal que no le tiembla el pulso cuando cree que tiene que buscar soluciones en el banquillo; algo que ya había dejado entrever dando la alternativa a Javi Martínez cuando Xabi Alonso pidió el cambio ante Chile. Su decisión de dar entrada a Fernando Llorente en lugar de Fernando Torres fue un golpe de valentía. Y de carácter. Todo el mundo esperaba que el elegido para saltar al campo fuese Cesc Fábregas, algo así como el jugador número 12 de 'La Roja'. La entrada del capitán del Arsenal no suponía, además, ningún problema táctico -bastaba con que Villa se desplazara al centro del ataque- y nadie la hubiera discutido. Seguro que Arsene Wenger, presente en la tribuna de prensa del Green Point, la estaba demandando.

El seleccionador español, sin embargo, se la jugó con Fernando Llorente, un futbolista que parecía condenado al ostracismo. Si no había jugado ante Suiza, uno de esos partidos torcidos en los que, al final, sólo queda el remedio de llamar al primo de Zumosol, no se veía nada claro cuándo podía jugar. Pues bien, acabó haciéndolo en el momento más importante de lo que se lleva de Mundial, con 0-0 en el marcador y media hora por delante para batir a Portugal. El fútbol premió la valentía de Del Bosque. Y es que Llorente cambió el partido. Salió a tope, dispuso de dos claras ocasiones y fijó a los centrales lusos como no había conseguido hacerlo Torres. Fue su modo de agradecer al seleccionador la confianza que ha puesto en él.

En la zona mixta del estadio Green Point de Ciudad del Cabo, Fernando Llorente era el martes por la noche un hombre feliz. «Ha sido un debut soñado. Increíble. Estoy flipando. Llevaba mucho tiempo esperando este momento y he salido a por todas. En mi equipo no estoy acostumbrado a ser suplente, pero desde que llegas aquí te vas mentalizando de que debes estar preparado para salir en cualquier momento porque el entrenador te demuestra su confianza. Ha sido muy positivo conmigo», declaró el delantero de Rincón de Soto, que está en la gloria con sus compañeros de 'La Roja'. «Es una maravilla jugar con estos compañeros, diferentes a los que estoy acostumbrado. La verdad es que es impresionante estar al lado de jugadores de esta envergadura», reconoció.