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ESPAÑA

Muere un agente en Madrid por una explosión fortuita en una escuela de la Guardia Civil

MELCHOR SÁIZ-PARDO
MADRID.Actualizado:

El subteniente de la Guardia Civil Francisco Morcillo Moya, de 61 años, falleció ayer tras una explosión fortuita en un almacén de muestras de explosivos en el Colegio de Guardias Jóvenes Duque de Ahumada, en el municipio madrileño de Valdemoro. El agente quedó atrapado bajo los escombros, mientras que otros 12 funcionarios, la mayoría alumnos del centro, resultaron heridos de carácter leve, aunque cuatro de ellos necesitaron ser hospitalizados por inhalación de humo. Las causas del accidente aún se desconocen, aunque los técnicos trabajan con la hipótesis de que un incendio o la combustión espontánea de una de las muestras pudieron ser las causas del siniestro.

El suceso tuvo lugar sobre las 08.45 horas en el antiguo MACEN (Mayoría Centralizada de la Guardia Civil), uno de los principales edificios del complejo de Valdemoro y en el que se ubica una amalgama de servicios: almacén de la Unidad de Desactivación de Explosivos (SEDEX) y de la unidad NRBQ, armería, aulas y oficinas burocráticas como los departamentos de Retribuciones, Recursos Humanos o Asuntos Internos. En estas instalaciones trabajaban cerca de 200 agentes.

Los hechos

Morcillo, subteniente del cuerpo de armeros en la reserva y encargado del almacén del SEDEX, se encontraba en su puesto de trabajo en el sótano del edificio, un espacio de unos 400 metros cuadrados que antaño se había usado como trastero de muebles y en el que, según fuentes del cuerpo, también albergaba ahora las instalaciones de la calefacción.

En un local de la primera planta dos instructores impartían clases sobre explosivos a seis alumnos. Las lecciones eran teóricas y por tanto no se estaba manipulando sustancia alguna. Los profesores enseñaban cómo enfundarse el traje de protección de los artificieros.

Fueron ellos los que dieron la voz de alerta al comprobar que desde el almacén en el que se encontraba Morcillo surgía una espesa nube de humo por debajo de la puerta. Los instructores, tras desalojar a los alumnos, se dirigieron al almacén para intentar sofocar las llamas con extintores, pero no lograron abrir la puerta tras la que creían que se encontraba el fallecido.

Segundos después, según los testigos, se produjo una primera explosión, seguida de otras menores, hasta ocho. El estallido original se pudo oír en todo Valdemoro, en cuyo centro urbano se ubica el colegio de la Guardia Civil. La primera de las detonaciones provocó el derrumbe de buena parte del sótano del edificio, cuando ya éste había sido desalojado en su totalidad, a excepción del subteniente. Las explosiones y el incendio dañaron buena parte de las tres plantas del bloque.