El Gobierno niega que el fallo dañe el «pacto político» con Cataluña

El Gobierno y la Generalitat no hablan el mismo lenguaje. La sentencia del 'Estatut' ha puesto de manifiesto, una vez más, las tensiones inherentes a la peculiar relación de hermandad que mantienen PSOE y PSC. El Ejecutivo trató ayer de minimizar las discrepancias con una pátina de comprensión hacia los planteamientos de José Montilla, pero a pocos metros de la superficie, las aguas están revueltas. Difícilmente José Luis Rodríguez Zapatero estará dispuesto a reunirse con José Montilla para «rehacer el pacto estatutario» -como reclamó hoy el 'president'- cuando considera que el Constitucional ya lo ha «reforzado».

Eso fue, al menos, lo que defendió la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ante la comisión Constitucional del Congreso, horas después de haber mantenido una conversación telefónica con el jefe del ejecutivo catalán. Según la número dos del Goberino, el fallo acordado el pasado lunes apuntala el «pacto político que estaba detrás del Estatuto de Cataluña».

En una línea semejante, el portavoz parlamentario de los socialistas, José Antonio Alonso, defendió también que la sentencia del tribunal «ayuda a la convivencia»; una apreciación que choca con el hecho de que el también líder del PSC esté dispuesto a ponerse al frente de la manifestación que, bajo el lema 'Nosotros decidimos, somos una nación', se celebrará el 10 de julio.

Lo cierto es que la reacción del presidente de la 'Generalitat' no se entiende muy bien ni en el Ejecutivo ni en las filas socialistas, pero pocos lo dicen abiertamente.

«No entiendo nada»

Sólo el ex vicepresidente del Gobierno y presidente de la comisión Constitucional, Alfonso Guerra, se atrevió a subrayar la incongruencia de que Montilla afirme que el Constitucional ha avalado el 95% del marco de autogobierno aprobado en 2006 y, al mismo tiempo, se declare «indignado» y llame a la «sublevación». «No entiendo nada», dijo. Raras veces el veterano dirigente entra en la 'melée' política, pero la cuestión del 'Estatut' siempre le ha sacado de su letargo voluntario.

Ahora entiende que la sentencia del Constitucional es bastante «sensata» y que da la razón a los que, como él, creyeron que a pesar de haber sido «cepillado» en comisión, aún había aspectos que pulir en el texto. «Seguramente -adujo- están obligados a hacer ruido, pero tendrán que acatarla y no pasará nada, como ocurre en cualquier Estado de Derecho». A eso mismo se aferra el Gobierno para eludir una confrontación con Montilla a pocos meses de las elecciones autonómicas. Lo importante, señalan, es que dijo que acatará el fallo.

En todo caso, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, sí rompió la tónica general de obviar lo más duro de su discurso y confirmó su discrepancia con algunos planteamientos del líder del PSC. «Desde el momento en el que él entiende que la sentencia no debe producirse ahora, ya estamos en posiciones diferentes, porque nosotros pensamos que el tribunal está plenamente legitimado para dictar sentencia», señaló en TVE.