«Presidir una Fundación ha de ser una tarea altruista»
Aurora Luque Directora del Centro Cultural Generación del 27La poeta, que participa hoy en 'Voces en el Museo', repasa los próximos proyectos de su entidad
CÁDIZ. Actualizado: GuardarLa responsable del Centro Cultural de la Generación del 27, dependiente de la Diputación de Málaga, visita esta tarde la pinacoteca provincial para cerrar el ciclo 'Voces en el Museo', organizado por la Asoaciación Qultura y la Delegacion Provincial de Cultura. Luque ha elegido la estatuilla el Hércules gaditano como eje vertebrador de su ponencia, que reflexionará sobre las nuevas formas de acceso al arte a través de las nuevas tecnologías.
-¿Por qué se decantó por esta pieza en concreto?
-Fue un amor a primera vista. Se trata de uno de los pocos bronces del siglo V a. C. que se han hallado en la Península. Me ha suscitado muchas reflexiones. Luego están todas las leyendas y la historia que lo rodea. Soy una enamorada del mundo griego.
-La ponencia de esta tarde se titula 'Lo clásico y sus límites'.
-Sí, es una análisis sobre el concepto de lo clásico, desde el límite que supone el presente más estricto. Ahora todo está cuestionado por la forma de acceso al arte, que puede darse por otras vías. Los museos organizan visitas virtuales... Estamos en un presente que pone patas arriba todos los conceptos. Ahora las obras vienen a nosotros.
-¿Cuáles han sido los grandes retos del Centro de la Generación del 27 en estos últimos meses?
-Nuestro gran objetivo es tener lista para este otoño una nueva web, mucho más rica y accesible que la que existe actualmente. Siempre perseguimos enriquecer la memoria de los poetas del 27. Una de las actividades más importantes fue la exposición homenaje a Vicente Aleixandre y también la edición de nuestra colección 'Estudios del 27'. Por otro lado, nuestra revista 'El maquinista' ha incorporado un DVD con un vídeo que incluye imágenes inéditas de los poetas de la generación. Pertenecen al archivo de Juan Guerrero y responden a la donación de Rafael Zarza. Son películas caseras y familiares en las que aparecen Alberti, Villalón, Cernuda... Está montado en forma de documental. Otro de los platos fuertes son las publicaciones de la Antigua Imprenta Sur que se encuentra dentro del centro. Sigue imprimiendo poemarios a la manera antigua. Por otro lado, uno de nuestros principales objetivos es promocinar la poesía joven andaluza. Tenemos un ciclo 'Interzona', por el que han pasado una veintena de poetas, y otro que se celebra en un bar bohemio muy conocido en Málaga, 'Palabras en la noche'. Otro proyecto es el de la serie 'La sirena inestable', que publicó la obra '¿Cuál?' de Chantal Maillard, Premio Nacional de Poesía, es un libro disco que es una auténtica obra de arte por su cuidada edición.
-¿Qué objetivos persigue para los próximos meses? ¿Están detrás de algún legado?
-Siempre hay pequeñas donaciones de fotografías y cartas. Mucha gente se acerca al centro para ceder material. En cuanto a legados, estuvimos detrás del de Aleixandre pero al final se frustró por desavenencias familiares. Dentro de nuestras próximas actividades están unas jornadas sobre la poesía del 50 que reunirán a Caballero Bonald y Francisco Brines. Además, estoy muy interesada en un segundo volumen de 'La sirena inestable' que será una ambiciosa antología de la poesía andaluza contemporánea con la música de jóvenes compositores malagueños.
-¿Qué opina de la polémica que rodea a la gestión del legado de Alberti?
-Es muy triste que se pongan trabas a la difusión de la memoria de un poeta tan grande como Alberti. Se desanima a la gente que quiere iniciar un estudio sobre su obra o su figura por ese control excesivo que ejercen desde la Fundación. Los investigadores no se pueden arriesgar a hacer un trabajo exhaustivo que luego no pueda publicarse, ni se puedan citar los textos completos. La mayoría de los herederos saben valorar lo que tienen entre manos. Hay otras familias como la de Lorca o Juan Ramón que son un ejemplo de amor por la literatura. A los herederos es a los que les corresponde revitalizar los legados de los escritores fallecidos. Deben ponerles en el pedestal más alto. Estar al frente de una Fundación es una tarea altruista, que debe responder a un amor por la poesía por encima de cualquier fin lucrativo. Está claro que cuando son entidades públicas, no hay peligro. Cuando hay intereses familiares se corre el riesgo de tomar al poeta como algo que te pertenece. Pero lo peor de todo es la manipulación que están sufriendo los textos de Alberti, es un pecado que atenta contra la integridad intelectual. Es lamentable y me alegro que salga a la luz.