Rodrigo García: «Es difícil escribir sobre hombres porque siempre se buscan empresas quijotescas»
El director estrena ‘Mujeres e hijas’, una película sobre la separación de las madres que dan a sus hijos en adopción
MADRIDActualizado:La adopción y la separación desde tres caras. Son el tema central de la nueva película de Rodrigo García, Madres e hijas, que vuelve a apostar por una historia coral para abordar el drama de aquellas adolescentes que, instigadas por sus padres, tienen que entregar su bebé en adopción. Pero la película no sólo se centra en esta situación, sino que ahonda en las secuelas que produce en estas jóvenes y en el ansia de esas parejas que quieren tener hijos. "Nunca pensé en una película coral. Creo que son las tres caras de una misma moneda, si se puede decir", ha señalado este mediodía el realizador de Nueve vidas, Cosas que diría con sólo mirarla y Passengers. Naomi Watts, Annette Bening, Jimmy Smits, Samuel L. Jackson y Kerry Washington protagonizan esta película, producida por Alejandro González Iñárritu (Babel, Biutiful).
La película comienza con el drama de Karen (Bening) que se ve obligada a dar en adopción a su niña cuando tenía 14 años. Treinta y seis años después sigue llorando esa decisión, a pesar de haber encontrado a un compañero de trabajo (Smits) que está dispuesto a ser su marido y darle un poco de alegría a su vida. En la misma ciudad, Los Ángeles, Elizabeth (Watts), la hija añorada, comienza a trabajar en un bufete de abogados dirigido por Paul (Jackson). Se muestra profesional, eficiente pero incapaz de mantener una relación personal. El tercer lado de esta historia es Lucy (Washington), una joven que quiere ser madre a toda costa y cree estar preparada para ellos. Empero, pronto descubrirá que ser madre implica mucho más que dar a luz un bebé.
Tres historias con las que el director regresa a las mujeres. "Es más exótico hablar sobre el sexo opuesto. Es difícil escribir sobre hombres porque siempre se buscan grandes búsquedas, empresas quijotescas", ha argumentado durante la presentación en la Casa América, aunque aseguró que sus próximos proyectos ahondarán más en las relaciones de pareja, con más peso para los actores. García apuntó que las películas corales le permiten "dar diferentes puntos de vista" para enriquecer la cinta. "Lo más complicado no es el guión, sino hacer que la estructura encaje, que ninguna de las historias esté coja y que el espectador se aburra con una de ellas", ha explicado el director.
Asimismo, ha comentado que "el cine en general es tan mediocre, que sólo intento que la película sea buena". García ha tardado nueve años en darle forma a las historias. Iba y se marchaba de los folios para trabajar en otras cosas, aunque siempre regresaba a Madres e hijas. Cuando lo tuvo casi terminado, Iñárritu entró en escena. "Somos amigos. Le gustó el guión, decidió producir la cinta y se lo pasó a Naomi Watts". El director mexicano trabajó con ella en 21 gramos y consideró que le podía gustar la idea. Además, cumplía con una de las exigencias de García: no contratar a ningún actor sin hablar antes con un realizador que le haya dirigido.