Isabel Martín reivindica el papel de la mujer en la Grecia Clásica en su último libro
MADRID.Actualizado:La Grecia de Pericles tenía sus claroscuros. La civilización debe a los griegos las matemáticas, la astronomía, el pensamiento filosófico y, sobre todo, la democracia. Pero al lado de esos avances, que nadie cuestiona, coexistió un tratamiento «de las mujeres como ciudadanos de segunda y seres subordinados». Quien así se expresa es Isabel Martín, autora de 'La curandera de Atenas' (Temas de hoy), una novela que cuenta las vicisitudes y penurias de Helena, quien de pertenecer a una influyente familia de Sicilia pasa a convertirse por azares del destino en esclava, más tarde en hetaira y, finalmente, en sanadora.
'La curandera de Atenas' narra la historia de Helena, hija del filósofo Empédocles. Por extrañas circunstancias en las que se mezcla el odio y la conjura política, Helena es secuestrada en Ákragas (Sicilia) el mismo día en que se casa su hermana. Tras un viaje proceloso en barco, llega a Atenas, donde se convierte en esclava de Aspasia de Mileto, amante de Pericles.
La protagonista, de turbadora cabellera rojiza, llega a conocer en sus andanzas por la Hélade a Fidias, Sócrates y Anaxágoras, entre otras muchas figuras de las artes, la filosofía y la política. Pero por encima de todas esas eminencias descuella Hipócrates, el padre de la medicina, verdadero amor de Helena y maestro de la joven pelirroja.
Isabel Martín comenzó a escribir esta historia ante el convencimiento de que se ha hablado mucho del legado de la cultura griega en el devenir de Occidente. Sin embargo, la historiografía oficial deja al margen el papel de las mujeres, «seres casi invisibles sin apenas derechos».