SAN FERNANDO

Cuando las protestas se convierten en una costumbre

Ya es habitual que en cada pleno se manifiesten colectivos por diferentes temas. En la próxima sesión volverán a repetirse las concentraciones en la Casa de la Cultura, como ya es habitual cada fin de mes

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La imagen se repite cada final de mes. Una pancarta sujetada por varias personas, junto a un hombre con un megáfono en la mano, mientras que otros se ponen unos petos con reclamaciones públicas y lo más rezagados pegan billetes falsos de euros por las paredes de la Casa de la Cultura. En ese momento llega el alcalde, Manuel María de Bernardo, y el grito se hace unánime: «Fuera, fuera, fuera». Sólo dura unos segundos, pero los ánimos se mantienen encendidos durante una hora.

Es una estampa que se ha vuelto típica de cada pleno municipal. Cada vez son más los colectivos que se suman en estas sesiones para llamar la atención sobre sus protestas y el último viernes fueron un total de cinco colectivos los que acudieron a la cita para buscar un cambio de postura del Gobierno local.

Uno de los más expertos es la plataforma ciudadana Responsabilidades Políticas Ya. Desde prácticamente el principio del desfalco se concentra el último viernes de cada mes en las puertas de la Casa de la Cultura sin fallar ni una sola vez. Con su pancarta siempre bien visible y haciendo ruido cada vez que entra un concejal del Partido Andalucista o del Partido Popular, siente que ya ha dado varios pasos de gigantes en sus reclamaciones al comprobar como Carmen Pedemonte ha dejado de ser la portavoz popular y se ha roto el pacto de Gobierno, precisamente por la pérdida de 7,8 millones de euros de la caja municipal. Sin embargo, siguen a la espera de que se produzca la dimisión del alcalde o de la delegada de Hacienda, Mercedes Espejo, a los que consideran responsables políticos de la situación financiera del Ayuntamiento.

Más llamativas

Un ataúd del que salen fajos de billetes por sus rendijas y varias macetas de romero con incienso en su tapadera. De esta forma el Sindicato de la Policía Local (Spli) decidió presentarse en el última sesión plenaria. Sus protestas son las más llamativas de todas las que se realizan a fuera del pleno, en plena calle. De hecho, también son los que más se hacen notar dentro de la Casa de la Cultura, ya que los ruidos que salen de sus megáfonos dificulta el desarrollo normal en el interior. En varias ocasiones el propio alcalde ha tenido que pedir a los agentes de guardia que recogieran los datos de las personas que forman escándalo en el exterior para intentar apaciguar los ánimos. Algo complicado cuando desde el sindicato se realizan denuncia como la falta de material a la hora de realizar el servicio o sus reticencias a la aprobación de retribuciones por productividad, al considerar que tan sólo se beneficiarán ciertos empleados.

La plataforma en defensa del parque Almirante Laulhé sigue sin dar respiro al Ayuntamiento a pesar de las reuniones que han mantenido con Desarrollo Sostenible. Siguen en su empeño de que la valla no se tire y ya son varios los plenos a los que han acudido para hacer ver el malestar de los vecinos con la reforma planeada por el Ayuntamiento en el recinto. Actuación de la que no piensa echarse para atrás por la subvención que se perdería y la indemnización que se tendría que abonar a la empresa adjudicataria.

Los padres del Conservatorio también acudieron a la sesión para comprobar como el Gobierno pide a la Junta que se haga cargo del traslado de la escuela de música y la apertura del grado profesional. Todo ello cuando el colectivo considera que el Ayuntamiento podría haber acometido tal proceso con los fondos del Estado.

Por último los mariscadores, que están pendientes de la subvención de la Junta al Ayuntamiento por el plan Proteja para conseguir su nave de cultivos de moluscos. Ahora mismo está en cuarentena por unas dudas que el Consistorio espera que resuelva el Gobierno andaluz, razón por la que en principio no ha entrado en la relación de proyectos.