Los regalos allanan el camino
El árbitro desquicia a México con un gol ilegal de Tévez en fuera de juego
JOHANNESBURGO.Actualizado:Algo raro está pasando en este torneo. Maradona parece haber pasado de ser un proscrito para la FIFA a ser su niño mimado, con mando en plaza. Se salta la reglamentación dando las ruedas de prensa donde le da la gana mientras la FIFA calla, se pasa todo el partido fuera del área técnica y el cuarto árbitro no para de mirar para otro lado, meten un gol en fuera de juego y cuando el línea se lo dice, el árbitro Rosetti hace como que no oye y dice que es gol legal.
Lo del árbitro italiano fue muy fuerte porque rompió a México en mil pedazos. Aguirre había hecho esta vez lo correcto: metió a Guardado y al 'Chicharito' Hernández y, moviendo el balón de un lado a otro, pasó lo que se sospechaba: que Argentina sufrió más que el perro de un ciego. Ni veía el balón ni lo tocaba. México tuvo tres claras ocasiones mientras los argentinos empezaban a mirar a Heinze para que aplicase la única solución que tiene en su morral: repartir estopa y montar un guirigay de broncas y codos para ver si así sacaba a México de sus casillas.
No hizo falta. Cuando peor lo estaba pasando llegó el colegiado italiano en su auxilio dando un gol de Tévez en claro fuera de juego. Ante las protestas consultó al línea que pareció decirle que era fuera de juego. Como no se lo debió afirmar con claridad, se agarró a la duda y dio gol. Otro escándalo. México, que tiene la moral de un gorrión en pleno invierno, se deshizo como un azucarillo. Entre los árbitros la mataron y México sola se murió. A Osorio le entró un tembleque de canilla e Higuaín, que no sabe nada de líos ni de broncas, fue a lo suyo para sentenciar el partido. Luego nada, el duelo fue de Heinze y sus modales de barriobajero de baja estofa: golpeó a una cámara («toma, para que delates todas las trampas y macarradas que hago en un partido», pareció insinuar), se lió a empujones y deditos en la cara con 'Chicharito' y con todo eso puso el partido de su parte. México, que acusó cierta falta de inexperiencia, ya no supo salir del laberinto tejido en los arrabales y en los sospechosos vericuetos de FIFA.
En la segunda parte el conjunto norteamericano se hundió y Argentina, con la pólvora que tiene arriba, la mató definitivamente. Tévez metió una bomba a la escuadra mientras que los de Aguirre, hundidos en la mayor de la miseria, dejaban huecos por doquier, prestos para la goleada final que suavizó el 'Chicharito' mexicano con un chicharro ejemplar. Argentina, bien en la cuesta abajo en que se le puso el partido. Buena que es y manos que le echan... Esta vez no fue una mano de dios, sino una línea del susodicho...