MEDIDAS CONTRA LA CRISIS
Cualquier asociación que no sea capaz de autofinanciarse no tiene razón de existir
Actualizado: GuardarAunque en modo alguno me considero un gurú de la economía, confieso que es una materia que llama poderosamente mi atención. No pasa una jornada en la que no consulte los resultados de la Bolsa, consciente de su decisiva influencia sobre nuestro bienestar y, por igual motivo, soy de los que leo el periódico deteniéndome en las páginas de economía. A cambio, salto de un plumazo la sección de deportes.
Con tales precedentes, no debe resultarles extraño que, desde el mismo inicio de la crisis económica, este sesudo cronista haya dedicado parte de su tiempo a buscar soluciones para salir de la misma lo que, tras varios meses de concienzudos estudios, creo haber logrado.
Así que, como buen ciudadano, ofrezco seguidamente, y de forma gratuita, dos medidas que nos permitirán abandonar la crisis en un corto plazo de tiempo, haciéndolo además sin tocar el sueldo de los funcionarios, sin congelar las pensiones, sin subir el IVA y, en definitiva, sin adoptar ninguna de las medidas chorras que nuestros políticos están empeñados en sacar adelante. Comprendo que, de entrada, dos medidas pueden parecer pocas. Supongo que entenderán que, para superar la actual situación, tampoco hace falta desarrollar esa batería de medidas,de las que la mayoría están pensadas sólo para la galería. Basta sólo con dos.
La primera de ellas consiste en establecer, obligatoriamente, que el sueldo de cualquier político sea el mismo que percibía en su anterior puesto laboral. Creo que es de una lógica aplastante. Si la política es un servicio público y, por poner un ejemplo, a ella se dedica un maestro que hasta ahora vivía dignamente con sus quince mil euros anuales, por qué multiplicar su salario por cinco, por el simple hecho de que, voluntariamente, pase a servir los intereses de su país, región o ciudad.
De paso, gracias a esta medida también evitaríamos las golferías económicas a que nos han habituados nuestros políticos que, por ofrecer un dato al azar, permiten a la hija del presidente del Congreso, de diez años de edad, tener una hipoteca de 110.000 euros.
De este modo, si el político es abogado del Estado y gana 60.000 euros anuales, su salto a la política debe ser con idéntico sueldo. Paralelamente, si el político es peón agrícola con un salario de 9.000 euros anuales, no hay motivo alguno para que su pase a la política le acarree los ingresos del mismísimo Bill Gates.
Hay un problema que aún estudio, y es qué solución se da a aquellos políticos que nunca han trabajado de nada, de los que existen miles de ejemplares. Como lógicamente no se les puede cuantificar su salario, habría que buscar algún tipo de solución que bien podría pasar por abonarles el salario mínimo interprofesional. Si nunca han trabajado, ni obtenido ingresos, perfectamente pueden vivir con aquello que el Estado considera básico para cualquiera de nosotros.
Pero les decía que son dos medidas las que propongo, y la segunda también es de una simpleza que asusta. Consiste en suprimir cualquiera de las miles de subvenciones que cada mes otorgan las distintas administraciones de nuestro país. Dicho de otro modo, cualquier agrupación, asamblea, asociación, ateneo, banda, camarilla, casino, centro, círculo, clan, club, coalición, cofradía, colectivo, comité, comunidad, concilio, confederación, congregación, corporación, corro, cuadrilla, facción, federación, gremio, grupo, junta, liceo, liga, hermandad, multitud, panda, partido, peña, reunión, sindicato, sociedad, unión, vinculación. que no sea capaz de autofinanciarse con las cuotas y aportaciones de sus miembros, sencillamente no tiene razón de existir. Además soy inflexible e incluyo a cualquiera, sea de la ideología que sea, sea de derechas o de izquierdas, sea blanco o de color, sea heterosexual u homosexual, sea católico o agnóstico, sea hombre o mujer. A todos sin excepción alguna. Es intolerable que cada día en este país miles de asociaciones vivan sólo de la subvención. Si usted es amante del ornitorrinco y decide crear una asociación con tres amigotes, deberá acomodarla a los ingresos que ustedes sean capaces de generar. Vivir de la subvención es la segunda gran golfería que pesa sobre este país, pues queda claro que los sueldos de muchos políticos es la primera. ¿A que no resulta tan difícil salir de la crisis?, y sólo bastan dos medidas.