Sociedad

Julio Aparicio volverá a los ruedos el 1 de agosto

Seguro de sí mismo y con un aspecto excelente, el diestro agradeció ayer en rueda de prensa el cariño recibido

MADRID. Actualizado: Guardar
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Julio Aparicio reaparecerá el 1 de agosto en la segunda de las corridas de la feria de Pontevedra, anunció Javier González, que ha relevado hace dos semanas a Simón Casas como apoderado del torero. Treinta y tres días después de la gravísima cornada sufrida en Madrid, Aparicio compareció por primera vez en público para confirmar la noticia de su reaparición y de su recuperación, y para agradecer de manera expresa «el cariño y la preocupación» que durante todo ese tiempo le han dedicado sus compañeros de profesión, y multitud de aficionados y no aficionados al toreo.

«No tengo palabras», dijo, «para contar lo que el apoyo de tanta gente me ha hecho sentir. Me han conmovido de verdad la solidaridad de los toreros, el interés tan generoso de tantos aficionados y, sobre todo, las atenciones de muchísima gente que se confesaba no aficionada a los toros».

Una nube de reporteros gráficos rodeó a Aparicio antes de abrirse en un salón del Hotel Wellington de Madrid un vivo turno de tres cuartos de hora de preguntas y respuestas. Despejada la nube, los periodistas presentes, a quienes Aparicio incluyó expresamente en el capítulo de agradecimientos, acogieron al torero con una cerrada ovación. Aparicio lucía excelente aspecto y se manifestó con nítida voz y claro timbre aunque confesó que el hablar y el comer todavía le producen alguna fatiga.

Aparicio negó que la ruptura de relaciones con Simón Casas se debiera a una desacuerdo por el caché en las próximas contrataciones. «A los toreros no nos gusta hablar de dinero, para eso están los apoderados precisamente. No sé de dónde ha salido el rumor de que yo quería cobrar 180.000 euros por la corrida de la reaparición. ¡Es absurdo!». Javier González aclaró que una tarifa tan elevada, «sólo se puede cobrar, como sabe todo el mundo, en Madrid». El nuevo apoderado del torero recalcó que Aparicio se ha negado a vender o conceder exclusivas a ningún tipo de Prensa.

Siempre que aludió a la cornada, Aparicio se refirió a ella como «un accidente» y desveló un detalle hasta ahora desconocido. La tarde del 21 de mayo salió a torear con el dedo corazón de la mano izquierda roto. Se lo había partido una vaca en un tentadero cuatro días antes y, curiosamente, el dedo roto le falló a la hora de intentar apoyarse o hacerse un autoquite después de que el toro que lo hirió lo desplazara y tumbara de un golpe con las patas traseras.

Volver a nacer

Aparicio dijo que «el accidente» y sus primeras secuelas -dos operaciones, dos semanas en la UVI- le parecían como «un sueño roto». «Venía de torear el día antes en Nimes un toro a placer, me sentía esa tarde tan a gusto y de pronto...». Apenas disimuló Aparicio la emoción al confesar que «Dios ha querido que la cosa no fuera lo que podría haber sido» para dar a entender su conciencia de que la muerte estuvo rondando muy cerca. Confesó haber visto las imágenes del pitón que le asoma por la boca y el vídeo de la cornada y dijo entender bien que la foto hubiera provocado una curiosidad desbordada. «Yo prefiero pensar en fotos de una faena de toreo de sentimiento, porque los toreros nos expresamos toreando», comentó.