DEL TRANVÍA AL AVIÓN
DANIEL GUTIÉRREZActualizado:Tranvía, no; aeropuerto sí. Esa es la conclusión que podemos sacar pulsando la reacción de la gente a dos de las noticias con más tirón de la jornada: el anuncio de que el tranvía reducirá su anchura para poder circular por la calle Honda y la insistencia de UGT en que el declive del aeropuerto es por culpa de la pista.
La sugerencia de algunos de pegar el trasero a la pared para dejar pasar al nuevo transporte en la ciudad parece que no cala demasiado entre los internautas, aunque pase una vez cada hora. Y es, al parecer, no es todo lo que reluce. «Es impensable que el tranvía pasa por calles tan estrechas. El ruido será insoportable. Para que funcionara tendrá que hacerse una red de tranvías integral y no una sola línea para aparentar y presumir de ciudad con tranvía», aconseja Que no nos la den. Yo tiene muy claro su postura al respecto. «No pasará andando por la calle Honda. No es de recibo tirar ese dinero en un tranvía cuando tenemos autobuses urbanos tercermundistas y siempre vacíos de pasajeros», denuncia, mientras que David considera incompatibles el mantenimiento de ambos a la vez. «Si no hay para pagar a los trabajadores, ¿cómo va a haber para todo?», esgrime en su argumentación.
Los usuarios parece que lo tienen claro. Se bajan del tranvía en marcha para subirse en un avión potenciado con la mejora del aeropuerto jerezano. «Las pistas se tendrían que reformar y ampliar. Creo que el problema es político, pero Jerez le podría quitar muchos vuelos a Sevilla o Málaga y eso no interesa», explica Paco. «A ver para cuando la nueva torre de terminal que iba a ser una réplica de un catavino. Es una pena que teniendo un aeropuerto se tenga tan poco aprovechado», se queja One City. La solución definitiva la pone Popo. «La pista alargada a 3.000 metros posibilitaría la llegada de aviones de 250 y más pasajeros, metiendo en un solo avión lo que entran en dos de los que ahora vuelan a Jerez, con el consiguiente ahorro. Eso lo han dicho las compañías de vuelos charter por activa y por pasiva, pero como si nada». Está claro que faltan objetivos de altos vuelos.