OTRO DESCENSO

Para qué nos vamos a engañar. Era la crónica de una muerte anunciada y, tanto va el cántaro a la fuente que, al final, termina rompiéndose. Lo que nadie quería ha vuelto a producirse. Después de una campaña nefasta, creo que de las peores que recuerdo de los muchos años que soy asiduo al Carranza, no ha sido posible mantener la categoría y nuestro equipo ha terminado en el infierno de la Segunda B.

Ahora, igual que hace ya demasiadas veces, cuando el pesimismo invade a todos los aficionados, son muchas las voces que buscan a los culpables del desaguisado y los hay, claro que los hay. Una mala planificación, un pésimo rendimiento de la plantilla y, como no, la falta de previsión en la formación y proyección de la cantera son la base del desastre. Ahora, cuando ya no hay nada que hacer, es cuando aparecen los críticos queriendo cortar cabezas a diestro y siniestro. Hace años que no se fomenta la formación de jugadores en la cantera. Si recuerdan, los Mejías, Baena, Kiko, Quevedo, Mané, Dieguito... son los que hicieron grande al Cádiz. No entiendo cómo se nos han marchado, y han triunfado en otros equipos, jugadores como Raúl Navas, Pablo, Chico y otros muchos que, incluso en juveniles, han emigrado por falta de proyección y lo que es peor de previsión. Si algo ha tenido hace años nuestro Cádiz y lo han hecho acreedor al respeto de todas las aficiones es el pundonor de jugadores, que aún no siendo unas estrellas, se han partido el pecho por el equipo de su tierra. Hoy, desgraciadamente eso es agua pasada y, como sabemos, ese líquido no mueve molinos. Otra vez, desaparecemos del mundillo profesional y nos sumergimos en esos campos de segunda, de Segunda B. ¡Que pena! ¿No son ya demasiados descensos?