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El arreglo

La política como apaño, como ciencia hueca instalada en los procedimientos

FÉLIX MADERO
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En ocasiones disfruto hablando con un diputado socialista. Él me cuenta las penas de su oficio, muchas y viejas, y yo las del mío, numerosas y casi todas nuevas. Su conversación es reparadora. Es persona cultísima, y por eso se pasa todo el almuerzo recomendándome lecturas. Diríase que prefiere esto a claudicar en lo que más le molesta: hablar de política siendo un político. Como dos estrafalarios letraheridos -y ustedes perdonarán la pedantería-, apreciamos el tiempo y calculamos con curiosidad infantil cuánto hemos de vivir para leer todo lo que ansiamos. Va pasando el almuerzo, y en un momento descubrimos que él no habla de lo suyo, la política, y que yo tampoco de lo mío: el periodismo. Pero hemos de cumplir con el guión establecido y justificar el encuentro. Yo: Te habrá costado votar la reforma laboral. Él: Sí. claro. o no. No sé, chico. Tampoco sé muy bien lo que cuesta o no en política. Yo: Pero tú militas en UGT. Él: Sí. Pero hace mucho que soy un diputado pendiente del día a día. Y obligado a no perder el tren. Yo: ¿Cuál? Él: El de las listas.Y no me hagas más preguntas cuyas respuestas conoces. Juega limpio con tu amigo. Yo: Pregunto así porque juego limpio. Él: Siempre te digo lo mismo, no tengo respuestas. Quizá porque no tenga valor de formular las preguntas. Pagamos la cuenta y nos fuimos. Mi amigo a su escaño. Yo a mis asuntos. Caminando, y estrujando en la memoria algunas páginas del libro de Haruki Murakami, 'De qué hablo cuando hablo de correr' (Tusquets, 2010) fui aplicando algunos de sus consejos sobre emociones, seguridad personal y autocontrol. En seguida quise regalárselo a mi amigo. Es un libro sincero y de lectura gozosa. En eso reparaba, en la sinceridad de la escritura, cuando me di cuenta de que en la comida no apareció el Zapatero más sincero de los últimos años. Yo me había olvidado, pero ¿mi amigo, también? Sí, me refiero al Zapatero que busca apoyos para la indecente reforma laboral que han votado los socialistas en solitario. Ese Zapatero que le dice a Joan Ridao (ERC): Tú abstente y luego lo arreglaremos. Orwell sostenía que el caos político guarda relación con la decadencia del lenguaje, y que el lenguaje de los políticos está pensado para que las mentiras suenen a verdades y el crimen parezca respetable. Bueno, pues he aquí todo lo contrario: un político al que sólo le importa el voto, y lo demás, o sea lo que diga la reforma laboral, ya lo arreglaremos. La política como apaño, como ciencia hueca instalada en los procedimientos. La política que esconde la verdad que los ciudadanos no deben conocer para que el sistema no pierda velocidad. Terminaba el día. Mi amigo diputado me envió un mensaje. ¿Has visto lo que ZP dice a Ridao? No me negarás que el presi no tiene oficio. No le respondí. Sólo recordé una frase de Murakami: No hay curación posible para la enfermedad desconocida. Y me quedé en mis trece.