almuerzo presidencial informal

Obama y Medvédev salen 'de hamburguesas' por Washington

El presidente de EEUU y su homólogo ruso, tras reunirse en la Casa Blanca, escenifican el excelente momento por el que atraviesan las relaciones bilaterales

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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El presidente de EEUU, Barack Obama, ha optado por no someter a su invitado, su homólogo ruso Dmitri Medvédev, a un almuerzo de trabajo habitual en la Casa Blanca y en su lugar le ha invitado a comer en una hamburguesería. Obama quería homenajear así al presidente ruso, con el que se ha reunido durante una hora, con un almuerzo típico estadounidense.

Ante el intenso calor que vivió hoy Washington, cercano a los 40 grados, el presidente estadounidense, en mangas de camisa, abordó su comitiva motorizada junto a Medvédev para trasladarse a un establecimiento especializado en hamburguesas de alta calidad en Arlington, al otro lado del río Potomac. Ambos ocuparon una mesa para dos, mientras en una mesa contigua los traductores se esforzaban por captar sus palabras.

Unas patatas para compartir

Obama, vestido con camisa azul y corbata color vino, se inclinó por un emparedado de carne picada tradicional, acompañado de cebolla, lechuga y tomate y que regó con un té con hielo. Su homólogo ruso, en camisa blanca y corbata oscura, optó por una hamburguesa picante, que complementó con cebolla, chiles jalapeños y champiñones. Para beber eligió un refresco de cola.

En una demostración del excelente momento por el que atraviesan las relaciones bilaterales, los dos presidentes compartieron un plato de patatas fritas. Para el presidente estadounidense se trata de la segunda vez en que visita el establecimiento, 'Ray's Hell Burgers', durante su mandato. El año pasado ya acudió al restaurante en compañía de su vicepresidente, Joe Biden, después de que alguien entre el personal de la Casa Blanca hubiera alabado la calidad de esas hamburguesas.

En esa ocasión, Obama se ofreció a comprar hamburguesas para la prensa que le acompañaba, aunque tan sólo algunos le aceptaron el ofrecimiento. Quienes lo hicieron optaron por donar una cantidad equivalente al coste de su consumición a organizaciones de caridad.